El escudo de conocimiento que protege a Galicia frente a la contaminación marina

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

Imagen de las barreras anticontaminación en la nave de Portos de Galicia
Imagen de las barreras anticontaminación en la nave de Portos de Galicia Martina Miser

La única comunidad que posee medios propios sobre el agua es capaz de predecir en media hora la deriva de un vertido y proveerse de sofisticado material de limpieza

18 dic 2022 . Actualizado a las 20:43 h.

Existen valores como la biodiversidad que merecen ser defendidos por sí mismos. Pero también buenas razones socioeconómicas que invitan a hacerlo. Veinte años atrás, el mar de Arousa sostenía en solitario 28.000 puestos de trabajo directos en los sectores productivos, la conserva o el turismo. Aunque las cosas han cambiado desde que la Plataforma en Defensa da Ría recopiló este y otros datos para reclamar una reacción frente a la oscura amenaza del Prestige —la mengua de la flota artesanal es apabullante, por citar un ejemplo elocuente—, este espacio, al igual que el conjunto de la costa gallega, continúa representando una fuente de recursos de primer orden. En este contexto, la del fuel fue una lección implacable que Galicia parece haber aprendido de una vez por todas. Al menos, por lo que respecta a los medios y al conocimiento con los que la comunidad ha sido capaz de levantar un poderoso escudo frente a la contaminación marítima, que no admite comparación en el resto de la España litoral.

«Mientras otras comunidades delegan estas cuestiones en el sistema nacional, a través de Salvamento Marítimo, Galicia es la única que mantiene medios propios en el agua», indica Garbiñe Ayensa, jefa de la Unidade de Documentación e Apoio Científico del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar), con sede en Vilaxoán.

El Intecmar nació en 1992 al servicio de la productividad de las rías, pero la sacudida que supuso el Prestige provocó la caída de una venda en los ojos de la Consellería do Mar: el mismo sistema que garantizaba la salud de las aguas y de las especies que las habitan debería poder velar por su seguridad ante un episodio de contaminación. Así que al área de apoyo científico se sumó la Unidade de Modelado Oceanográfico, que dirige Pedro Montero, a la hora de plantarle cara a amenazas de esta envergadura.

En el cerebro del sistema

Estos son los dos hemisferios del cerebro que estructura el Plan Territorial de Continxencias por Contaminación Mariña de Galicia. Conocido como plan Camgal, fue diseñado a lo largo de diez años para ser aprobado en el 2012, antes incluso que el sistema nacional de respuesta, con el que se acopla perfectamente en función de la gravedad del vertido que motive su activación. «Además de dar apoyo al plan y asesorar en el diseño de planes interiores, recogemos todo tipo de información que pueda ser útil para combatir un episodio de este tipo. Qué características tiene cada punto de la costa, las condiciones oceánicas y meteorológicas, y algo muy importante: a través de una serie de programas informáticos conseguimos una simulación sobre la deriva más probable de la mancha».

Miembros de la unidad científica de lucha contra la contaminación del Intecmar muestran una boya de seguimiento de vertidos
Miembros de la unidad científica de lucha contra la contaminación del Intecmar muestran una boya de seguimiento de vertidos Martina Miser

Esta es la especialidad de Montero: «Coas boias de deriva que lanzamos no vertido e tratamos de que o acompañen —las balizas envían sus señales a través de tarjetas telefónicas o vía satélite, y algunos modelos se alimentan con placas solares— coñecemos a súa posición, e cun sistema de moi alta resolución imos recollendo datos de vento, correntes, ondas, dentro e fóra das rías, para que poidamos concluír: con estas condicións vai ir para alá». Con el Blue Star, el quimiquero que embarrancó en la ría de Ares en el 2019, la primera predicción estuvo lista en apenas media hora.

Algo así es posible gracias al Observatorio Costeiro de la Xunta, en el que el Intecmar colabora con MeteoGalicia, imprescindible, y la fundación pública Centro Tecnológico del Mar. Cuatro antenas de radar HF, 43 estaciones oceanográficas y 160 meteorológicas escrutan el litoral, en coordinación con los servicios homólogos que funcionan en Portugal y una estrecha relación con entidades similares en el resto de Europa. Silvia Alle-Perkins y Carolina Fernández, que forman parte del equipo, indican que existe, incluso, un atlas de limpieza para cada tramo de costa entre Ribadeo y A Guarda: «Está mapeada al completo, indicando las distintas sensibilidades: aquí un arenal, aquí un humedal, allá un acantilado, con recomendaciones sobre cómo actuar».

Si hay que atajar la hemorragia

Todo este caudal de conocimiento se pone a disposición de quien deba gestionar la crisis y tomar decisiones. Si llega el caso, el Servizo de Gardacostas posee unidades en todo el litoral y almacenes en Sada, Celeiro y Muxía. Portos de Galicia, en A Pobra. Pero en ambos casos el grueso de los medios materiales para la lucha contra la contaminación se concentra en el puerto cambadés de Tragove. José Juan Chans, jefe de Seguridade Marítima de Gardacostas, y Carlos Lores, responsable de Sustentabilidade de Portos, muestran un profuso catálogo de excelentes herramientas. Desde succionadores, kilómetros de barreras oceánicas y sofisticados trajes de protección hasta absorbentes de productos químicos e hidrocarburos y simples botas por millares. Un arsenal que contrasta con la pelea a manos desnudas del 2002. Veinte años, finalmente, sí son algo.