Daniel Martinazzo: «Pusimos al Liceo en el mapa»

Sara Pérez Peral
Sara Pérez LA VOZ

GALICIA

Cedida

El histórico jugador del Liceo vivió sobre patines durante 30 años, y diez los rodó en A Coruña. Al retirarse, Martinazzo volvió a su Argentina natal y apostó por la dirección deportiva y por el mundo de la empresa

17 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Parece que Daniel Martinazzo (San Juan, Argentina, 1958) nació en el lugar adecuado. A mil kilómetros al oeste de la ciudad de Buenos Aires, en San Juan, la capital del hockey sobre patines de Argentina. Hijo del famoso Club de Barrio, donde se crio, Martinazzo se subió por primera vez a unos patines a los cinco años. Y sin saber muy bien cómo, terminó cumpliendo un sueño, que dio por finalizado a los 35. «Me retiré tranquilo, satisfecho, sabiendo que había llegado a lo más alto de mis expectativas: vivir de esto, vivir por y para el hockey. Fue la etapa más plena de mi vida», recuerda.

De las montañas de los Andes emprendió viaje hasta el mar de A Coruña. Después de haber sido llamado a los 11 años a las selecciones júnior, a los 15 al primer equipo de San Juan, a los 17 a la selección argentina y de haber sido subcampeón del mundo en Oviedo a los 18 años, Martinazzo aterrizó en el Liceo en la temporada 81-82. De esos años recuerda la grandeza del equipo y la buena sintonía que había entre jugadores, técnicos y dirigentes: «Ganábamos todo lo que se podía ganar. A todos nos encantaba entrenar y a la dirección le apasionaba su trabajo. Son momentos excepcionales que se dan en la vida». Todos iban a una.

Por aquel entonces, explica Martinazzo, A Coruña todavía no contaba con un historial deportivo exitoso a nivel nacional. «Se juntó esa forma que teníamos de hacer las cosas con el orgullo de la ciudad por tener un equipo que la representaba a un nivel de primera línea en toda España. Después en toda Europa. Y más tarde en todo el mundo», comenta, y añade convencido: «Pusimos al Liceo en el mapa».

Se alzaron como campeones de Europa por tercera vez en la 92-93. Esa fue la última temporada que Martinazzo jugó en el Liceo, y también el inicio del desarme del equipo. Algunos jugadores regresaron a sus lugares de origen y otros ficharon por distintos colores. «Fue un triste final para un gran equipo. Llegó un momento en el que manejábamos los resultados como queríamos», explica. De esa época, de los últimos años, el histórico jugador del Liceo recuerda un partido contra el Mollet. Era un domingo por la mañana: «Jugábamos en nuestra pista y hubo un momento en el que íbamos perdiendo 0-5. Terminamos ganando 10-5». Era un gran equipo, repite constantemente.

Pero se retiró. Y de todos los lugares a los que podría haber ido, Daniel quiso regresar a San Juan. Sentía que era lo que debía hacer. Le hacía ilusión volver a su país. Allí, en Argentina, sus empresas y su labor como miembro del comité internacional de hockey sobre patines ocupan ahora su tiempo. Y su nieta, y sus hijos, y su mujer y sus amigos.

Pese a que Martinazzo abandonó la ciudad y el equipo en 1993, nunca ha perdido el contacto con el Liceo. Desde su San Juan natal, la semana pasada llamó a Willy Duarte y hablaron del hockey en general, pero también de cómo les había ido a los de A Coruña la temporada. «Me ha contado que están muy satisfechos», dice.

Para no estarlo. Llevan 40 años en lo más alto del hockey sobre patines español.