Está por ver si, con la polarización de fuerzas en el espacio gallego de izquierda, cuaja la oferta. Hay antecedentes. En las primeras elecciones democráticas se presentaron al Senado diferentes sensibilidades gallegas bajo el paraguas de Candidatura Democrática Gallega. Pero fue hace 42 años y Galicia era una región.
Susana Luaña
En Marea lleva dos años escindida de facto, sin consumar la ruptura porque hace mucho frío fuera del partido. Pero la convocatoria de las primeras elecciones generales tras la creación de la marca obligará a todas las partes a posicionarse, y deberán hacerlo en pocos días. Y ya hay algunas pistas de por dónde irán los tiros. El consello das mareas tenía previsto reunirse hoy para abordar las siguientes citas electorales, pero, tras la convocatoria de las elecciones generales, de ese encuentro saldrá un calendario planificado para las primarias en las que se elegirá a los candidatos que podrán ir a los comicios generales y de los europeos. Así lo adelantó ayer su portavoz, Luís Villares, quien insistió en que En Marea tendrá en el Congreso grupo propio, «non condicionado ao grupo de Unidos Podemos nin a ningún outro». Y como En Marea es un partido de adscripción individual en el que se admite la militancia en otra fuerza, Villares lanzó una oferta a esas bases de Podemos o de Anova que están también inscritas en En Marea y les animó a participar en el proceso. Eso sí, dejó claro que quienes concurran a las listas «deberán aclarar os seus principios políticos na defensa de Galicia».
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