«La violencia juvenil está aumentando de forma geométrica»

josé manuel pan / m. santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

La magistrada canaria Reyes Martel, este miércoles en Mariñán, donde habló de justicia restaurativa con menores
La magistrada canaria Reyes Martel, este miércoles en Mariñán, donde habló de justicia restaurativa con menores J. M. PAN

Martel apuesta por medidas reeducadoras con los menores que cometen delitos, porque «no son delincuentes»

05 jun 2019 . Actualizado a las 20:29 h.

«Hace poco, en una charla pregunté a los asistentes si darían la vida por sus hijos. Todos, sin dudarlo, dijeron que sí, claro, por supuesto. ¿Y una hora del día, la darían? Pues depende, ya veremos, todos los días no». Con esa pregunta, Reyes Martel (Las Palmas, 1968), jueza del Juzgado de Menores número 1 de Las Palmas, quería demostrar la poca comunicación que esta sociedad tiene con sus hijos: «No nos damos cuenta de que lo mejor que les puede venir es el tiempo, nuestro tiempo». La magistrada Martel impone a los menores que llegan a su juzgado medidas «restaurativas, reeducadoras, recuperadoras», como por ejemplo hacer el Camino de Santiago. Lo explica estos días en la Escuela de Verano del Poder Judicial, en el pazo de Mariñán.

-¿Cómo fue lo del Camino?

-Fue un momento para la comunicación, para los silencios, para el compañerismo, para la solidaridad. Saber que vas a necesitar ayuda y que vas a tener que ayudar al otro. Porque es el juego de los valores.

-Valores que usted dice que faltan.

-Hay un problema de base de falta de valores. Todos los jueces de menores escuchamos a los equipos técnicos, que son nuestros peritos, y nos dicen eso, que a los chicos que llegan a ellos les faltan valores. Nuestra generación aprendió esos valores en la familia, pero nosotros no se los hemos transmitido a nuestros hijos, porque nos hemos olvidado de ellos, de esos valores.

-¿Cómo que nos hemos olvidado de los valores?

-Nosotros los aprendimos de una forma natural, viviendo con nuestros padres, con nuestros abuelos. Pero nosotros nos hemos olvidado de transmitir esos valores, tan importantes como luchar por una meta, como la capacidad de soportar la frustración. Les hemos dado un mundo fácil, ficticio. Estamos creando unos jóvenes débiles, y no les hacemos ningún favor, porque tarde o temprano la realidad de la vida les va a enseñar que este mundo no es así de fácil.

-¿Qué es la justicia restaurativa?

-Se trata de aplicar el principio del interés superior del menor. Partiendo de ahí, hay que bajar a las medidas judiciales. Las hay privativas y no privativas. Todas tienen un objetivo: intentar que esos chicos que están creciendo mal en su formación como personas puedan reconducirse. Algo ocurre cuando, quizá antes de los 14 años, un menor empieza a cometer infracciones penales, a hacer daño a los demás. Si eso se consolida, si dejamos endurecer el arbolito, lo vamos a tener muy complicado.

-¿Cómo se reconduce un menor?

-El objetivo es hacerle comprender al menor que va por mal camino, que ha hecho un daño, que lo vea por sus propios ojos y lo interiorice. Y eso no es fácil, porque todos tenemos un mecanismo para superar nuestros propios miedos y cargas y seguir viviendo, y estos chicos tienen una mochila muy cargada. También es verdad que cuando somos jóvenes es mucho más fácil pedir perdón, reconocer que nos hemos equivocado. Los chicos, cuando llegan al juzgado se ponen a llorar, y reconocen los hechos, que han hecho mal.

-¿Es cierto que hay más violencia juvenil?

-La violencia está aumentando en la sociedad en general, pero entre los menores está aumentando de forma geométrica, no aritmética, sobre todo en delitos como la violencia intrafamiliar, filioparental [hijos contra padres] y la violencia de género. Y es una violencia que no distingue clases sociales. Es más, los chicos que cometen estos actos delictivos son de clase media alta, y eso es especialmente preocupante. Y los jueces de menores tenemos la oportunidad única de evitar que esos chicos lleguen a adultos con esa conducta.

-¿Cómo son nuestros menores?

-Son los niños de las íes: de Internet, impacientes, inmediatez, todo tiene que ser ya, y de la irreverencia. Las nuevas tecnologías son fantásticas, pero bien utilizadas. Nuestros menores son irreverentes porque pueden retarte, porque cualquier información la conocen mejor que tú porque saben buscarla enseguida.

-¿Y los menores delincuentes?

-Nunca hablo de menores delincuentes. Los menores nunca son delincuentes, los menores cometen delitos. Pero si los dejamos ir, se convertirán en los delincuentes del mañana.

-¿Qué podemos hacer?

-Ser responsables, no mirar para otro lado cuando veamos a un menor en situación de riesgo. Ahora que hay fiestas de verano que se han convertido en botellones institucionalizados, tan peligrosos para todos, pero sobre todo para los menores, no miremos para otro lado cuando veamos a un menor bebiendo alcohol sin control. Protejamos a nuestros menores. No son delincuentes, pero pueden llegar a serlo.