En las últimas semanas asistimos a un acontecimiento histórico pero esperable. Y en todos los casos protagonizados por conductoras bajo los efectos del alcohol. En Valencia, una mujer atropelló a varios ciclistas. En Toledo, una madre chocó y murió su bebé de 10 meses. En Tarragona y en Navarra otras dos conductoras arrollaron a ciclistas.
¿Qué está pasando? Pues algo que epidemiológicamente se sabe que sucedería. Las adolescentes que iban al botellón son hoy mujeres que, entre otras muchas responsabilidades, conducen vehículos. Ese alcohol, que para muchos es una sustancia inocua y asociada a la diversión, es una droga que altera el sistema nervioso central. El alcohol presenta otro desafío más para la salud de las mujeres. Aun en cantidades pequeñas, les afecta de manera diferente que a los hombres debido a cuestiones hormonales. Y beber en exceso es mucho más arriesgado para las mujeres. ¿Por qué ellas corren más riesgos? Ninguna cantidad de alcohol es totalmente segura todo el tiempo para la mujer. Cada mujer es diferente. El alcohol pasa por el tracto digestivo y se dispersa en el agua del cuerpo. Cuanta más agua, más se diluye el alcohol. Generalmente, los hombres pesan más que las mujeres, y ellas tienen menos agua en su organismo. Su cerebro y otros órganos están expuestos a más alcohol y derivados tóxicos que se generan cuando el organismo está tratando de eliminarlo. Otros factores como el menor peso y la menor cantidad de la hormona alcoholdehidrogenasa gástrica (ADH), que metaboliza el alcohol, hacen a la mujer más vulnerable al alcohol.
Y no debemos olvidar que muchas de esas mujeres se quedarán embarazadas, o lo están ya sin saberlo, lo que agravará el problema si consumen alcohol. Hay estudios que muestran que una cerveza o un vaso de vino por día en la gestación temprana se asocia a mayor riesgo de aborto espontáneo, menor peso al nacer, dificultades de crecimiento y problemas en el desarrollo intelectual en la infancia y adolescencia. La mujer embarazada no debería beber alcohol.
En fin, protejamos a nuestras jóvenes, y evitemos que en botellones, antros, bares, casas o cualquier otro establecimiento se comercialice alcohol a las/los menores, y que se aplique la tolerancia cero y todo el peso de la ley al comercio de venta de alcohol a menores.