Rajoy y Feijoo se apuntan al «sorpasso»

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

Están convencidos de que si Podemos supera al PSOE, el PP podrá gobernar, porque los socialistas no harán presidente a Iglesias

16 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los números están hechos y las cuentas no salen. En Génova han probado todas las simulaciones posibles y en ninguna de ellas el resultado sale a gobernar con mayoría absoluta, ni siquiera en coalición con Ciudadanos. De manera que los cerebros del PP han ideado una fórmula que les permita alcanzar el Gobierno en minoría. Queda casi un mes para que comience la campaña electoral, pero la estrategia de los populares está ya muy clara. La paradoja es que el mejor aliado para que Mariano Rajoy u otro dirigente del PP acabe gobernando es... Podemos. El líder popular y su jefe de campaña, Jorge Moragas, se apuntan con entusiasmo al sorpasso de los de Pablo Iglesias sobre el PSOE. ¿Por qué? Porque están absolutamente convencidos de que si Podemos supera a los socialistas, Pedro Sánchez no hará nunca presidente a Pablo Iglesias. Algo en lo que, evidentemente, no están equivocados, porque, de hacer eso, a la tragedia de convertirse por primera vez en democracia en el tercer partido el PSOE sumaría el peligro cierto de pasokización y de perder para siempre la posición de grupo hegemónico de la izquierda.

En el más que probable caso de que el PP gane las elecciones, aunque sea por estrecho margen, y de que Podemos sea la segunda fuerza, en Génova dan por hecho que gobernarán, porque a los socialistas no les quedará más remedio que abstenerse en la votación de investidura a la que, esta vez sí, Rajoy se presentaría incluso aunque obtenga menos diputados que en el 20D. Ciudadanos ya se ha comprometido públicamente a contribuir activamente a la formación de Gobierno, por lo que su apoyo se da por descontado. Y, sin el apoyo del PSOE, Pablo Iglesias no tendría ninguna oportunidad de sacar adelante su investidura, ni siquiera contando con el voto a favor de todos los partidos nacionalistas e independentistas.

La hoja de ruta del PP para las próximas elecciones pasa, por tanto, por convertir a Podemos en el objetivo principal de su campaña electoral, ninguneando al PSOE y dando por amortizado a Pedro Sánchez. Pero a nadie se le escapa que lo que consigue esa estrategia es reforzar a Podemos, al que se presenta como única alternativa al Gobierno del PP, y perjudicar a un PSOE que aparece así como una fuerza en declive a la que el PP ni siquiera se molesta en atacar más allá de lo imprescindible.

Ni que decir tiene que la estrategia de Rajoy va ser calcada por Feijoo, convencido también de que el PSdeG no entregará la  Xunta de Galicia a las mareas, especialmente si su candidato es Méndez Romeu. Y, por tanto, también el PPdeG convertirá a la coalición tripartita en su principal objetivo. La estrategia de los populares entraña graves riesgos, porque implica convertir a Podemos y a las mareas en jefes de la oposición y, por tanto, en alternativas a medio plazo. Y, desde la perspectiva del votante del PP, conservador y defensor del sistema, el precio de gobernar en Madrid y Galicia de esa manera puede ser alto. Reforzar a las fuerzas contrarias a la Constitución y sacar del cuadro político a un partido socialdemócrata como el PSOE puede ser para los populares lo que se conoce como pan para hoy pero hambre para mañana.

La complicada tarea de unir a Méndez Romeu y Leiceaga

El PSdeG se encuentra ante la peor de las perspectivas. A nadie se le escapa que, siendo ambos políticos más capacitados que Besteiro o que Pachi Vázquez, ni Méndez Romeu ni Xaquín Fernández Leiceaga son precisamente dos figuras que entusiasmen al personal o levanten a la gente de sus asientos. Solo la hipótesis de que uno de ellos fuera apoyado de forma unánime por todo el partido daría impulso al PSdeG. Pero todo indica que sucederá lo contrario. Es decir, que el partido se va a fracturar si se consuman las primarias, y que las heridas de ese proceso serán difíciles de curar. Conocedores del problema, hay quienes trabajan contra reloj para lograr unir a Méndez y a Leiceaga. Tarea casi imposible.

Errejón juega con fuego al asimilar a Podemos y Le Pen

Aunque haya sido derrotado y casi hasta humillado por un Pablo Iglesias que no dudó en laminar a sus aliados en la dirección de Podemos, Íñigo Errejón ha sido el cerebro en la sombra que ha llevado al partido a las puertas de ser la segunda fuerza. Para ello ha sido necesario fabricar un discurso capaz de situar a Podemos como una opción posible para votantes socialdemócratas, ocultando cualquier referencia a la izquierda. Errejón, al que todo le vale, ha ido, sin embargo, demasiado lejos al tratar ahora de captar el voto populista proceda de donde proceda. Y su afirmación nada casual de que hay un «hilo común» entre Podemos y Le Pen puede suponer un antes y un después para la formación morada.

Beiras intenta también el abrazo del oso al PSdeG

Si Feijoo está dispuesto a emular la estrategia de Rajoy, en especial si esta acaba teniendo éxito tras el 26J, la coalición tripartita gallega está dispuesta igualmente a copiar la estrategia diseñada por Pablo Iglesias para tratar de hacer daño al PSOE. Si el líder de Podemos se ha apresurado a hacer una llamada envenenada a los socialistas para hacer un frente común contra el PP forjando una candidatura conjunta en el Senado, Xosé Manuel Beiras no ha perdido tiempo para hacer lo mismo, llamando al PSdeG y al BNG a aliarse para «botar das institucións» al PP. Ambas estrategias tienen como objetivo que se visualice a Podemos y a las mareas como las cabezas de ese hipotético frente común.