Y en la consellería, lo que diga Alberto

s. lorenzo / M. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La baja de Hernández abre el debate sobre un relevo interno o una crisis más amplia

12 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Todos juegan a la quiniela sobre la sucesión de Hernández. Pero nadie se moja. Porque la decisión es de Feijoo. Y el presidente es muy celoso con sus cosas. Cuando esta mañana los nueve conselleiros vuelvan a reunirse en torno al presidente en el Consello de la Xunta, más de uno pensará si el relevo en Medio Ambiente deparará cambios de cartera. Porque la posibilidad de que Feijoo aproveche la cobertura de la vacante que deja el futuro alcalde de Santiago para abrir una crisis más amplia en el Ejecutivo autónomo está encima de la mesa. Como también lo está la alternativa de un relevo discreto. De ser así, ganaría enteros la opción de tirar del banquillo de la consellería afectada. Los precedentes refuerzan esa apuesta.

Entre los barones del PP se impone la prudencia. Sostienen que no están presionando a Feijoo. La coyuntura tampoco tiene nada que ver con los tiempos de Fraga. Los equilibrios provinciales eran intocables en su catecismo. Pero no ahora. El presidente ya marcó distancias con esa estructura de poder, el andamiaje que sustentó las redes clientelares del fraguismo, en su primer Gobierno: «Aquí ninguén atopará cuotas, nin de tipo persoal nin de tipo territorial». Fiel a esa idea, liquidó 47 de los 52 altos cargos de las delegaciones provinciales. Ahora, los barones se apuntan a «lo que diga Alberto», y coinciden en que sus provincias están bien representadas en el Ejecutivo.

El presidente del PP de Ourense, José Manuel Baltar, asegura que Feijoo «acertará». «Non creo que ninguén estea a exercer ningún tipo de presión sobre o presidente neste momento. Eu, desde logo, non. Tampouco valoro ningún tipo de perfil, porque sei que acertará, como acertou con Agustín [Hernández], primeiro cando o incorporou ao Goberno galego e agora cando lle confía a alcaldía de Santiago», sostiene. El presidente del PP lucense, José Manuel Barreiro, subraya que «con respecto a Lugo, presión cero». «O que decida poñer será acertado e estaremos con el, como sempre». En la misma línea se pronuncia el presidente del PP de Pontevedra, Rafael Louzán. Opina que la provincia pierde un «gran conselleiro». Louzán mantiene una relación estrecha con Hernández, al que alojó en la Diputación como responsable de obras en la etapa del bipartito. Ante su relevo, dice que Feijoo tomará la decisión idónea. Su homólogo en el PP coruñés, Carlos Negreira, juega la misma carta: «Es una decisión que corresponde al presidente y seguro que la va a tomar bien».

Entre algunos cargos populares prevalece la idea de que el presidente podría decantarse por un cambio entre consellerías. La tesis es que el sustituto de Hernández sería reclutado en el Consello de la Xunta, lo que obligaría a renovar al menos dos carteras. Circula incluso el nombre del conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde. Aunque el último en llegar al Gobierno gestiona el campo en el que está especializado. Otros creen que el relevo será externo, porque se trata de un puesto que requiere aunar conocimiento en la materia y capacidad de comunicación.

En el equipo de colaboradores de Feijoo no ven un cambio de organigrama. Tal vez para las municipales del 2015. No ahora. Incluso entre los conselleiros predomina la impresión de que será un ajuste puntual. Feijoo reproduciría la solución que aplicó en Sanidade y Facenda, en enero del 2012, cuando apostó por seguir la línea sucesoria. Los mejor situados para relevar a Hernández son Ethel Vázquez, directora de la Axencia de Infraestruturas; Justo de Benito, secretario de Calidade Ambiental; y José Antonio Fernández. A favor de Vázquez juega su condición de número 2 en la consellería, si bien tampoco se libró de ser citada a declarar como imputada en la operación Campeón. De Benito tiene la ventaja de una experiencia en la Xunta desde los primeros gobiernos de Fraga. Como ellos, aunque en un plano más alejado de los medios, el lalinense Fernández goza de la máxima confianza del conselleiro. Pero al final será, otra vez, lo que diga Alberto.