Cierra el paso a una petición del BNG para reclamar las competencias en meteorología
07 may 2014 . Actualizado a las 17:30 h.Muy atrás se quedó el modelo de la Administración única, pregonada por Manuel Fraga en los años noventa, cuando aspiraba a que la Xunta reemplazara al Estado en la prestación de todo tipo de servicios en Galicia. Y superada también quedó la agenda trazada por el Gobierno bipartito de Touriño en el 2005, cuando identificó 70 nuevas materias competenciales de las que se podía hacer cargo la comunidad. El Ejecutivo de Feijoo cerró definitivamente el candado de las transferencias, como constató ayer el portavoz parlamentario del PP, Pedro Puy, al declarar «esgotado» el desarrollo del Estado de las autonomías y el modelo de los traspasos.
Puy Fraga se destapó con esta afirmación en un debate mantenido en el pleno del Parlamento gallego con la viceportavoz del BNG, Ana Pontón, que ayer defendió una proposición de ley dirigida a reclamar al Estado la transferencia de las competencias de todo lo relacionado con el servicio de predicción en materia de meteorología.
La petición de los nacionalistas contó con el pleno respaldo de la oposición, pese a que desde el PSdeG se introdujeron algunos matices al subrayar que se trataba de un ámbito competencial «concurrente» entre la Administración del Estado y la Xunta. Así lo afirmó el diputado Francisco Caamaño, al recordar que esta materia ni siquiera aparece identificada en el Estatuto de Autonomía de Galicia, por lo que sugirió que «nin sequera é necesario reclamar a exclusividade» de la competencia, pues el Estado tiene también el pleno derecho a mantener un servicio de meteorología para la colaboración en materia internacional y con las comunidades que no dispongan del mismo.
Un servicio clave
No obstante, Ana Pontón dirigió su intervención a defender que Galicia es, junto con Ceuta y Melilla, la única autonomía que carece de competencias en este ámbito, que consideró fundamental para desarrollar múltiples actividades en la comunidad, en ámbitos como el de la protección civil o la prevención de los incendios forestales, a la vez que lo consideró clave para la dinámica de sectores económicos clave, como el turístico, el agrario o el pesquero.
Tanto la proponente de la ley como los demás grupos de la oposición coincidieron en denunciar que, lejos de desarrollar el servicio meteorológico y de reclamar el traspaso de dicha competencia, el Gobierno gallego dio pasos «na dirección contraria» reduciendo el tamaño de MeteoGalicia y su capacidad de actuación. «O traspaso é absolutamente necesario», valoró Yolanda Díaz, viceportavoz de AGE, que además entendió que una decisión de este tipo sería coherente con las medidas impulsadas por el PP en Madrid y en Santiago para acabar con los «custes e duplicidades» de los servicios públicos.
No obstante, el grupo mayoritario de la Cámara respondió con un portazo a la iniciativa, censurando además que los socialistas se sumaran a la petición cuando, a la vez, reconocían que se trataba de un ámbito competencial «concurrente» con el Estado.
Pedro Puy refrescó la memoria argumentando que esta transferencia «non era a prioritaria» en la agenda del último Gobierno de Fraga, aunque sí defendió explorar la posibilidad de mantener una colaboración más estrecha en este apartado con el Estado. «Seguimos pensando e defendendo que a política de traspasos está agora nun momento diferente», dijo Puy Fraga, tras aludir a la sentencia del Tribunal Constitucional dictada con motivo de la reforma del Estatuto de Cataluña, donde se fijó el techo en el traspaso de nuevas materias. «O Estado autonómico está, en certa medida, esgotado», añadió.
Mantener MeteoGalicia
Con todo, los populares sí defendieron mantener activado el servicio que presta MeteoGalicia sin recurrir a la senda recentralizadora que sí invocaron otras comunidades. «A filosofía do PP -prosiguió Puy- é non facer desaparecer institucións básicas ou instrumentais do autogoberno». E insistió en que la agencia gallega de meteorología es una de estas sociedades que seguirá en activo. «Non vai desaparecer», zanjó.