El progenitor asegura que el chico, actualmente de 14 años, tenía aversión a la asignatura de Inglés y que estaba enfermo de asma
08 abr 2014 . Actualizado a las 10:37 h.M. J. M. y C. C. R., un matrimonio de vendedores de mercadillo de la zona de Ferrol, se enfrentan a penas de cárcel por no mandar al colegio a su hijo menor o por faltas reiteradas y sin justificar. El chico tiene ahora 14 años y los padres ya habían sido condenados con anterioridad por este mismo motivo, es decir, por delito de abandono de familia en la modalidad de absentismo escolar, previsto en el Código Penal.
El fiscal sostiene que tras las faltas reiteradas durante el curso del 2006, por lo que ya sufrieron condena, si bien la pena quedó suspendida porque era la primera vez, se repitió el problema en abril del 2009 y junio del 2011. En abril del 2009 estaba escolarizado en el colegio público de San Xoán, situado en el extrarradio de Ferrol y que cuenta con premios por su labor integradora de extranjeros y sectores marginales de la población, como los niños gitanos. El centro, los Servicios Sociales de Ferrol y la Inspección Educativa pusieron en marcha toda la maquinaria prevista para estos casos, que concluye ahora con el juicio ante el Juzgado de lo Penal número 2 de Ferrol. La magistrada María Jesús Rodríguez interrogó detenidamente a los acusados. El padre declaró que su hijo estaba enfermo de asma y que, en ocasiones, sufría episodios que le impedían ir a la escuela, aunque luego no lo justificase de acuerdo con la normativa.
También aseguró que el pequeño tenía especial aversión a las clases de Inglés. De hecho, explicó, en ocasiones lo dejaba a la puerta de la escuela y cuando arrancaba su coche lo veía por el retrovisor corriendo tras el vehículo. Un psiquiatra, propuesto por la defensa, indicó que el niño sufría TDH (síndrome de deficiente atención), con antecedentes genéticos (varias tías) de demencia y un coeficiente intelectual límite. Declararon también los directores del colegio de San Xoán y del IES Catabois, el último en el que estuvo escolarizado y donde también se reprodujo la situación. Actualmente el chico ya preadolescente permanece en casa. Tiene reconocida una minusvalía del 40 % por el asma. La defensa insistió en que hasta el 2012 no fue diagnosticado convenientemente y por ello la Administración actuó. Solicitó la libre absolución.