La percepción social del alcohol

Adina Dumitru PSICÓLOGA SOCIAL UDC

GALICIA

08 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El consumo de alcohol en menores de 18 años está aumentando y se convierte cada vez más en una noticia habitual y preocupante: niños que beben desmesuradamente fuera del colegio, participan del botellón o llevan alcohol y otras drogas al colegio. Cada vez es más común ver jóvenes de edades cortas llenando calles y parques con botellas en la mano hasta horas impensables hace diez años. Reunirse para beber en grupo se ha convertido en una práctica habitual.

La socialización para el consumo de alcohol empieza en la familia y continúa fuera, a través del contacto con grupos de amigos. La teoría del aprendizaje social nos dice que aprendemos a través de la observación del comportamiento de otros y de sus consecuencias, y de su imitación. El consumo (aunque moderado) de alcohol es una realidad que empieza a ser observada por los niños a edades tempranas y, al ser habitual, se convierte en comportamiento normal y aceptado. Es más, la socialización pasa por asociarlo a momentos sociales importantes como estar en familia o pasar tiempo con los amigos. Esto genera la percepción de que el consumo de alcohol es una práctica aceptada y asociada a momentos placenteros. A través de la observación de modelos también se aprende que el alcohol puede utilizarse como herramienta para vencer inhibiciones sociales.

Aunque empieza en familia, la práctica de beber cantidades importantes de alcohol en espacios públicos o en entornos escolares es una característica de la generación de jóvenes de hoy, que se ha generalizado en España. A ciertas edades, los grupos de amigos ejercen una influencia clave en el desarrollo de la identidad y las normas sociales que se construyen en estos grupos suelen seguirse para conseguir un sitio relevante en el grupo. No obstante, la práctica de introducir el alcohol en casi todas las actividades sociales de los jóvenes no sería posible sin la aceptación de la familia, por un lado, y el poco control en la aplicación de la ley que prohíbe la venta de alcohol a menores por otro. Este último hecho también se basa en una actitud de aceptación social hacia el consumo de alcohol. Si queremos cambiar estas prácticas, debemos plantearnos el cambio de la percepción social del alcohol como parte integrante de nuestra vida social.

Adina Dumitru es psicóloga social UDC