Salir de Dinamarca

Laureano López
Laureano López CAMPO DE BATALLA

GALICIA

13 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

AGE tenía que poner pies en polvorosa de Dinamarca, le costase lo que le costase. No tenía otro remedio si pretendía ser coherente con su discurso y respetuosa con quienes le votaron hace un año y con los que aún creen que el Parlamento es el órgano de representación de los gallegos. Sabia decisión, también interna, ya que dilatar una situación de este calibre sería exponerse a que cada vez que salga por ejemplo Beiras a la palestra se hable del reino de Dinamarca, bonito país, pero a 2.700 kilómetros de nuestros acuciantes problemas. No era la cuestión si el investigador en Copenhague está más o menos dotado para la política. Cuántos políticos frustrados tiene que haber hoy, época de emigraciones bárbaras, en universidades, centros de estudio y cadenas de comida rápida de todo el mundo, comprometidos quizás con Galicia, pero inhabilitados, por la distancia y por su ocupación, para situarse en la primera línea de fuego de la defensa de este país, si es que eso es, ¿en verdad lo es?, el Parlamento.