«Solo recaudamos lo que aportan las obras menores»

C. P. Redacción / La Voz

GALICIA

Gumersindo Lamas advierte del peligro de la despoblación en su área.
Gumersindo Lamas advierte del peligro de la despoblación en su área. Santi m. Amil< / span>

La onda expansiva de la burbuja inmobiliaria dejó en la costa lucense un reguero de pisos acabados pero sin vida

14 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En el 2006 en Barreiros había casi tantas grúas como árboles. Ese año se construyeron en la localidad de A Mariña 1.826 viviendas; en el 2012, ninguna, y en lo que va de año solo se han tramitado dos visados. La onda expansiva de la burbuja inmobiliaria dejó en la costa lucense un reguero de pisos acabados pero sin vida. «Ahora vienen caravanas de gente a comprar a bajo precio. Hace dos meses se escrituraron de una vez 150 pisos del Sareb -el banco malo-, hace unos días el Santander vendió otros 75 y el Popular prepara otra venta en masa», apunta el alcalde, Alfonso Fuente.

Los bancos han vuelto a dinamizar en Barreiros su estático mercado inmobiliario a costa de los embargos, rebajando apartamentos de 110.000 euros a 40.000. «Con esos precios nadie va a pensar en construir, mientras además quedan aún 400 viviendas vacías», dice el regidor para explicar la paralización constructiva, que achaca también al conflicto jurídico que vivió el municipio cuando fueron suspendidas sus normas urbanísticas.

En la otra esquina del mapa, en Sarreaus, tampoco hay grúas, pero ni pisos a la venta ni ofertas de los bancos. Es más, hace 13 años que no se construye ninguna vivienda y en este año tampoco se ha tramitado visado alguno. El alcalde, Gumersindo Lamas, reconoce que el impuesto local a las construcciones solo da de sí «lo que permiten las obras menores». La emigración y la falta de empleo son la clave para que nadie piense en construir. «Los que vuelven ocupan las casas familiares, eso al menos favorece que haya muchas reformas», explica Lamas sobre el municipio, de 1.408 habitantes. «Si llegase una industria, esto cambiaría, pero la despoblación es ya uno de los grandes peligros de la comarca, la juventud no trabaja y el consumo es mínimo. Cómo se va a construir así», se pregunta.