En las puertas del punto limpio del concello de Oza dos Ríos se acumulan los escombros. Hay más limpieza dentro que fuera. A algunos vecinos poco les ha importado que este recinto cerrase a finales del 2012 por decisión municipal. «La Xunta ha optado por no hacerse cargo del mantenimiento del punto limpio», explica el alcalde, Pablo González Cacheiro. De este modo, el Concello, que paga una media de dos mil euros al mes por el reciclaje de recursos inertes, ha iniciado una serie de obras para optimizar los recursos del punto limpio de la forma más económica posible.
«Por el momento, la trabajadora que atendía el punto se está dedicando a labores de limpieza, pero en breve volverá a su ubicación», explica el alcalde, que no entiende que la gente sea capaz de dejar los desperdicios en la valla del recinto. Una de las opciones es delegar el punto limpio a una empresa especializada.