Sergio Pazos y Gonzo se fotografían en un juzgado de Vigo con la mujer que atropellaron con una carrilana en una competición de autos locos
17 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Ojalá en los juicios por atropello hubiese tan buen rollo. Eso solo puede ocurrir si hay estrellas televisivas de por medio. Hubo flashes pero no era ningún estreno en la alfombra roja, sino un pleito civil. Sergio Pazos y Fernando González, Gonzo, testificaron en Vigo por un accidente y al salir posaron con la espectadora a la que atropellaron con la carrilana que pilotaban sin frenos. Ocurrió cuando iban a entregar los trofeos de la carrera de los Autos Locos de Red Bull celebrada en el 2010 en Vigo.
La vista terminó ayer después de que el juzgado localizase a los dos colaboradores televisivos de Caiga quien Caiga para declarar como testigos. La lesionada, la peluquera viguesa Nieves Pérez, solo reclama a la organizadora Last Lab y a la aseguradora para que su indemnización cubra 65 días de curación e impeditivos para su oficio, 104 de rehabilitación y las secuelas.
La segunda jornada de la vista se celebró ayer en el Juzgado de Primera Instancia número 7 de Vigo. Gonzo fue el primero en testificar ante la jueza. Vino en un viaje relámpago desde Madrid y aprovechó para hacer gestiones. Este relató que ambos fueron contratados como jurado de la carrera y bajaron por la calle Urzaiz en una carrilana para entregar en el palco de la meta los trofeos cuando se estrellaron contra el público. «Antes de sentarnos, examinamos el cochecito en la salida. Nos lo comentaron antes de empezar que bajásemos en coche hasta el palco, donde había gente. Era el colofón del concurso. Íbamos a velocidad insuficiente, bajábamos, corríamos y subíamos», declaró. Las cosas se torcieron al doblar la curva de Colón. «Nos dimos cuenta de que el freno no funcionaba, vimos un grupo numeroso y nos fuimos contra la gente, que se apartó. Había personas que se abrían, pero, al final, hubo una lesionada», dijo.
El abogado de Last Lab le preguntó por qué no se detuvieron si el cochecito estaba estropeado. «Si no había frenos, éramos incapaces de parar», replicó. Y añadió: «Nada nos hizo ser precavidos hasta que vimos gente que se caía». Llamaron días después a la herida para animarla.
La empresa culpa a la lesionada
Además, Gonzo confirmó que una persona por megafonía narraba la bajada de su carrilana, que también era retransmitida por pantallas gigantes. Ese es el argumento de Last Lab, que insiste en que la actividad de Gonzo y Pazos estaba programada y que, por tanto, el auto loco no pilló por sorpresa al público. Adoptó medidas de seguridad, Protección Civil actuó rápido y culpa de negligente a la víctima por invadir el recinto acotado.
Pazos, que hoy tiene una gala en Vigo, declaró después. Según él, la carrilana «frenaba peor de lo que debía, bajaba muy lenta y nos volvíamos a subir porque nos aburríamos. La gente estaba en medio de la calzada, intentamos parar pero golpeamos a gente. Se montó un jaleo y una mujer se levantó, dijo ??no pasó nada?? y ya está. Nos fuimos tranquilos, fue uno de esos golpes tontos, sin daño». No recuerda haber dicho «fixemos unha desfeita». Al salir, los hombres de negro confraternizaron con la demandante.