Las personas que cobran rentas mínimas de inserción o pensiones no contributivas no abonan el euro por receta
03 nov 2012 . Actualizado a las 12:42 h.El pago de un euro por cada receta médica que se lleve a la farmacia en Cataluña y Madrid se suma a la elevación del copago farmacéutico desde el 1 de julio y a la retirada de 417 medicamentos de la financiación pública desde el 1 de septiembre, aprobados por el Gobierno central. La farmacia está en el centro del debate. En Galicia, se traga uno de cada diez euros que maneja la Xunta.
¿Quién lo paga?
Paga quien tiene que comprar una pomada, paga quien necesita calmantes, paga el que adquiere un protector gástrico. Pagan todos. El euro por receta no discrimina. Sí existen algunas exenciones. Las personas que cobran rentas mínimas de inserción o pensiones no contributivas no lo abonan. En Cataluña hay 127.000 ciudadanos exentos, en Madrid aún no se sabe. También se marca un límite anual de pago para no castigar tanto a los pacientes crónicos y polimedicados. La tasa catalana establece un tope anual de 62 euros. La madrileña, de 72.
¿Se ahorra?
Cataluña quiere recaudar 100 millones al año. En los primero cuatro meses del euro por receta -empezó a cobrarse el 23 de junio- ya ha ganado 33,4, dicen a La Voz fuentes oficiales de la Generalitat. Cuando acabe el 2012 serán ya medio centenar. En Madrid esperan alcanzar los 83 millones anuales. ¿Es ahorro? Para los Gobiernos sí, pero en realidad es un pago extra que realizan los ciudadanos.
¿Cómo funciona?
En Madrid todavía falta concretar cómo se aplicará. La experiencia catalana enseña que cada vez que un ciudadano va a la farmacia a retirar un medicamento que cuesta más de 1,67 euros, le cobran un euro extra. El boticario hace de recaudador y luego se lo da al Gobierno autónomo.
¿Y si voy con una receta del Sergas?
En Cataluña solo cobran por las recetas del Servei Català de la Salut. Un gallego que esté de vacaciones y tenga una receta del Sergas no lo paga. Al menos, de momento.