El doctor se va por la puerta chica

d. s. redacción / la voz

GALICIA

09 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo más extraño de las inexcusables palabras de Castelao Bragaña (Valga, 1941), en las que dijo que las leyes y las mujeres están para violarlas, es que cuesta imaginarlas en su boca. Cualquiera que lo haya tratado, sabrá que el doctor Castelao, como llamaban el exdiputado del PP, era correcto y argentinamente educado. A veces, hasta el empacho.

Con 14 años, preparó una maleta de cartón que aún conserva, y se marchó a Buenos Aires como tantos otros. Se ganó la vida de recadero, de mozo de almacén, estudiando en sus horas libres las carrera de Derecho. Bien imbricado entre la comunidad gallega, empezó a hacer fortuna gestionando los asuntos de los emigrantes, papeleos y herencias, escalando posiciones sociales, hasta entrar en la gestión del Hospital Español y en el Partido Popular, a través de Manuel Fraga, hacia el que profesa más devoción que a un santo.

Era de las pocas personas que entraban hasta el salón de la casa de Fraga, que lo convenció para ejercer en Galicia como diputado de la emigración. Y este acartonado hombre de otro tiempo cumplió su cometido cuatro años sin fama. La notoriedad le llegó al final, con la imperdonable valoración que lo devuelve a su casa, pero por la puerta chica.