El «efecto Feijoo» se enfrenta al desgaste de los recortes sociales

Domingos Sampedro
d. sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La mayor amenaza de la oposición reside en su fragmentación

29 ago 2012 . Actualizado a las 20:11 h.

Al igual que ocurrió en el 2005 y el 2009, el actual presidente de la Xunta se enfrentará dentro de 54 días a unas elecciones con un resultado incierto. Nada está escrito de antemano, y menos en el contexto de la peor crisis económica de la democracia, en la que una sola decisión puede provocar un cambio abrupto en las tendencias electorales. Estas son las fortalezas y debilidades que tienen las principales fuerzas políticas ante el 21-O.

Partido Popular

La fortaleza de la imagen presidencial, la debilidad económica. En la última encuesta encargada por el PP hay un dato revelador, que detectaron también las fuerzas de la oposición. Feijoo es el dirigente político mejor valorado por los gallegos, por encima de Rajoy, Rubalcaba, y a mucha distancia de Pachi Vázquez y Francisco Jorquera. Es por ello que el PP está decidido a desplegar una campaña presidencialista, poniendo en valor el «efecto Feijoo» y su imagen de «confiabilidad». Cree el PPdeG que en este elemento reside su mayor fortaleza, pues posiblemente las demás tenga que buscarlas en la sensación de fragmentación de la oposición. Pero también hay debilidades. Sin duda la principal tiene que ver con el contexto económico y el deterioro de la situación social y laboral. Tampoco es menor el descontento ciudadano hacia la clase política, que puede tener una reacción que dañe los intereses de quien gobierna, como tampoco desprecia el PPdeG la amenaza que pueden representar la irrupción en escena de fuerzas como UPyD o el partido de Mario Conde, que puede pescar en su electorado.

Partido Socialista

La capacidad del voto útil contra la debilidad del liderazgo. El PSOE tiene una marca electoral asentada, que aunque pueda mostrar signos de debilidad, tiene una capacidad enorme de generar voto útil en un escenario polarizado. Esta es quizás la mayor fortaleza del PSdeG para afrontar estos comicios, unida a la posibilidad de recoger buena parte del descontento con la gestión del PP en la Xunta. En el apartado de las debilidades, el PSdeG todavía no ha sido de capaz de mostrarse como elemento aglutinador de un polo alternativo al PP, debido a la apreciable falta de liderazgo -todavía no ha elegido formalmente a su candidato a la Xunta- y a la escasa concertación con otras fuerzas de la oposición para defender un único modelo de gestión frente a la crisis.

Bloque Nacionalista

La solidez de una marca lastrada por la escisión. También el BNG anota entre sus fortalezas la solidez de una marca electoral que, en el último cuarto de siglo, consiguió aglutinar a todo el nacionalismo gallego. A diferencia del PSdeG, el Bloque hizo sus deberes orgánicos en tiempo y forma, aunque se resignó a pagar un precio elevado por ello, que se saldó con dos escisiones importantes de grupos que cohabitaban en su seno: el Encontro Irmandiño de Beiras y Máis Galiza. En este último elemento reside precisamente la mayor debilidad del Bloque, así como en la todavía escasa proyección de un candidato como Francisco Jorquera, con el que aún no se ha familiarizado el electorado.

Fuerzas minoritarias

El efecto latente de EU-IU y otras opciones más abiertas. Al igual que ocurrió en las últimas elecciones generales, Esquerda Unida puede convertirse en una de las principales novedades de las autonómicas gallegas, al tener las opciones más sólidas de entrar en la Cámara si logra recoger el voto del malestar con la crisis. El futuro de los escindidos del BNG está aún por ver, y dependerá de su capacidad de confluir en un proyecto único.