Dimite la comisión de Enerxía del BNG por problemas con la dirección

d. s. | santiago El plante dado por esta docena de integrantes del Bloque también tiene como telón

GALICIA

09 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

?cusan a la dirección del Bloque de practicar maniobras «confusionistas» y de despreciar su trabajo. Doce miembros de la comisión de Medio Ambiente e Enerxía del BNG, el órgano que asesora al frente nacionalista en esta materia, presentaron su dimisión en masa, en solidaridad con la postura adoptada por la que hasta hace poco era su coordinadora, Cristina Amor. En un carta remitida al portavoz nacional del BNG y vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, así como al responsable de Organización del Bloque, Lois Obelleiro, los dimisionarios dejan patentes las discrepancias que mantienen con la dirección, a la que acusan de no tomar en consideración los dictámenes preparados por esta comisión en los últimos dos años. La comisión de Medio Ambiente e Enerxía fue constituida por decisión del consello nacional del BNG, el máximo órgano de esta formación. A su frente estaba Cristina Amor, perteneciente a la familia de los Non Adscritos y, asimismo, miembro del consello. Entre la docena de dimisionarios figuran los ferrolanos Xosé Lastra Muruais y Luisa Sabio, activistas históricos del nacionalismo gallego, afines a Xosé Manuel Beiras y que fueran concejales en el gobierno local presidido por Xaime Bello. La renuncia de los miembros de la comisión medioambiental del Bloque se enmarcan, según aseguran ellos mismos, en la falta de interés de la ejecutiva nacional en adoptar una posición más activa y fundamentada en asuntos como la ubicación de la planta de gas de Ferrol. De igual modo, denuncian la falta de interés del BNG por el Protocolo de Kioto para la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera. Crisis de Adega La crisis desatada en este órgano de decisión del frente nacionalista se suma a la que sacudió el pasado mes de enero a la UMG, la organización juvenil de la UPG, de la que se dieron de baja una veintena de militantes, entre ellos Xosé Emilio Vicente, el secretario xeral de Galiza Nova -las juventudes del Bloque-, así como los responsables comarcales de la UMG en las comarcas de Santiago, Vigo y A Coruña. El golpe dado por los cachorros nacionalistas privó a la UPG de hacerse con el control absoluto de Galiza Nova, donde hasta entonces la organización marxista-leninista tenía un peso hegemónico. Tras estas dimisiones, la UMG pasó a convertirse en la tercera fuerza en la juventudes del Bloque, después de los dimisionarios y de Esquerda Nacionalista.