Arrestado a los noventa

La Voz

GALICIA

IVÁN ALVARADO

El mundo a los cuatro vientos El ex dictador chileno Augusto Pinochet apela ahora a los derechos humanos para que lo dejen celebrar su 90 cumpleaños. Mientras, se mantiene su arresto

25 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

En Chile, la defensa de los derechos humanos ha correspondido tradicionalmente a los partidos de izquierda, a las víctimas de la dictadura y a las asociaciones de familiares de detenidos-desaparecidos durante el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990). Más de 3.000 personas fueron asesinadas durante esos años. Sin embargo, coincidiendo con la celebración ayer del 90 cumpleaños del ex dictador, surgió con fuerza un nuevo colectivo defensor de los derechos humanos, en este caso, del anciano general. Su abogado, Pablo Rodríguez, desveló que había solicitado al juez del caso Riggs, Carlos Cerda, que «por humanidad» no procesara al general hasta pasado su cumpleaños. Residencia Los pocos e íntimos partidarios que ayer accedieron para felicitar a Pinochet al interior de su residencia blindada, situada en el exclusivo barrio santiaguino de La Dehesa, también coincidieron en apelar a los derechos humanos del ex mandatario, ya que consideran inhumano que un decrépito anciano de 90 años no pueda celebrar su cumpleaños con la paz que se merece. Incluso el general Juan Emilio Cheyre, actual comandante en jefe del Ejército, fue a felicitar personalmente a Pinochet y a la salida dijo que simplemente se trataba de «un gesto humanitario». Un gesto que en cualquier país democrático habría supuesto el cese inmediato de un militar de tal rango, si éste hubiera acudido a apoyar a un individuo que tiene interpuestas más de trescientas denuncias por violaciones de los derechos humanos y que, desde esta semana, está procesado y arrestado por seis secuestros, evasión fiscal de casi dos millones de euros y falsificación de documentos públicos. Un individuo, Pinochet, que en cuatro ocasiones ha visto ya cómo las instancias judiciales chilenas daban carpetazo a su implicación en horribles y calculados crímenes -Caravana de la Muerte, operación Cóndor, asesinato del General Prats y Calle Conferencia-, no porque no fuera hallado culpable, sino porque su estado de salud mental le impedía afrontar un juicio. Este es el cumpleaños más amargo de Pinochet desde que en 1998 lo pasó arrestado en Londres. A su regreso triunfal desde el Reino Unido, cuando dejó aparcada la silla de ruedas en el aeropuerto, el ex dictador pudo recibir sus últimos grandes homenajes antes de que los jueces perdieran el miedo a perseguirlo. El día de su onomástica del 2000, Pinochet aparecía en la puerta de su casa rodeado de influyentes políticos que lo apoyaban. Los mismos líderes que aún hoy controlan la derecha chilena, pero que, sin embargo, han dejado de hacerse fotos con el general. Chile está a pocos días de unas elecciones y los políticos pinochetistas intentan esconder su pasado. Ayer, frente al domicilio de Pinochet, apenas cien partidarios se congregaron para cantarle Cumpleaños feliz, mientras sostenían globos, fotos, banderas chilenas y pancartas, en una de las cuales se leía: «Misión cumplida». Hasta la puerta llegó un grupo de mariachis que cantaron varias rancheras, incluida El rey. Alguien se acercó con un gran pastel de cartón, justo después de un intento de agresión a varios periodistas. Festejos El jueves por la noche, tras conocer la segunda orden de arresto del ex dictador en 48 horas, la familia Pinochet anunció mediante un comunicado que se suspendía la fiesta prevista para ayer, a la cual se había invitado a un centenar de personas. Mientras, su abogado, Pablo Rodríguez, decía que le queda «nada que celebrar», y que Pinochet ya no tiene ganas de salir de su casa. En el interior, una misa y una comida familiar fueron las únicas celebraciones.