TRÁFICO Y VIDA | O |
26 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.SEGURAMENTE que con datos púramente estadísticos el transporte de escolares por carretera, en autobuses ad hoc , resulte el de mayor seguridad. En Galicia, diariamente, son centenares -y tal vez millares- las expediciones que se realizan y decenas de millares de alumnos de las cuatro provincias gallegas son transportados sobre itinerarios que surcan de norte a sur y de este a oeste sin que se den episodios singularmente graves. Por eso, resulta especialmente trágico y difícilmente aceptable, el hecho de que un escolar de nueve años de edad pierda la vida en accidente de tráfico precisamente cuando el autobús se halla detenido. Y esto es lo ocurrido días pasados en un municipio coruñés, cuando un alumno fue atropellado por un camión tras abandonar el autobús para cruzar la calzada por su parte delantera. En el ámbito de la educación vial escolar, es prédica repetida en todas las publicaciones referidas a niños la que dice que, en transportes colectivos, «lo que no se debe hacer es cruzar por delante del autobús, ya que este podría impedir ver a los vehículos que circulan y que ellos nos vieran». Hay profusión de reglamentos y de normas de diferente rango que se ocupan de la seguridad vial del transporte de escolares y todo, en este orden, parece atado y bien atado. Sin embargo, ante esta tragedia de ahora, cabe que recordemos una norma que falta y que se aplica en Estados Unidos: la que obliga a los conductores a detener sus vehículos cuando se aproximan a un autobús escolar parado, en tanto los niños suben o bajan. Quizá nos falta esa norma, más cuando tal vez han faltado cuidados que deben mantenerse mas allá de la acción de bajar del autobús.