Michael Moore se esfuma

Juan OLiver

GALICIA

El cineasta que encabezó la campaña de artistas, músicos e intelectuales contra la reelección de Bush silencia su web y la redecora con una foto del presidente

04 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Sólo dos horas antes del cierre de los colegios electorales en Ohio, Michael Moore no estaba del todo convencido de que su proyecto vital de los últimos cuatro años fuera a tener éxito. «He estado recogiendo las primeras prospecciones de colegios de todo el país, y las cosas parecen ir bien, muy bien. Pero todo podría cambiar a última hora», escribía en su diario desde Cleveland. Poco después, cuando el triunfo republicano era más que evidente, el cineasta reestructuró su web y desapareció del mapa. Michael Moore ganó un óscar hace dos años con Bowling for Columbine , un soberbio documental en el que arremete contra la libre circulación de armas en Estados Unidos y contra la política del miedo que la sustenta. Hace unos meses, Cannes le otorgó la Palma de Oro por Fahrenheit 9/11 , donde denuncia el pucherazo de las presidenciales del 2000 y las peligrosas relaciones entre los Bush y los Bin Laden antes del 11-S, y que se ha convertido en el documental más taquillero de la historia. Oscar Ese film le convirtió en adalid y esperanza blanca de la nueva izquierda, y él incluso renunció a presentarlo a los Oscar permitiendo que se emitiera por la televisión de pago. Pero su esfuerzo no tuvo éxito, y, después de recorrer medio país, incluso el mismo día de las elecciones, advirtiendo del calvario que se avecinaba si Bush volvía a ganar, Moore se ha esfumado sin dejar rastro de su irreverencia. Campaña Muchos expertos creen que el hecho de que el reelegido presidente ostente ahora el récord de votos tiene mucho que ver con la gruesa movilización que se desató contra él y contra los valores morales que representa. Una campaña de la que Moore fue la cabeza más visible junto a decenas de estrellas del cine, la música y la televisión, y que, en una lectura facilona a toro pasado, también parece basada en el miedo. Estrellas del cine como Ben Affleck, Leonardo di Caprio, Susan Sarandon y Tim Robbins, entre otros muchos, se dedicaron a pintar a Bush como la bestia negra de la América más profunda. Y esa América, la misma que hizo de La Pasión del republicano Mel Gibson una de las películas más taquilleras del año -recaudó más de 400 millones de dólares, frente a los 120 de Fahrenheit -, se ha visto atacada y ha respondido en las urnas. Los llamamientos al voto masivo acabaron por volverse contra quienes, como Moore, hicieron más esfuerzo en denigrar a Bush que en apoyar explícitamente a Kerry. Poco después del cierre electoral en Ohio, sin embargo, el cineasta decoró su web con una imagen del vencedor, compuesta con las fotos tamaño carné de 1.200 estadounidenses y similar a la de la Gioconda que luce en la Domus de A Coruña. Parece todo un acto de contrición: Bush está hecho de nuestra propia carne.