Varios funcionarios de la prisión provincial de Teixeiro, en Curtis (A Coruña), consultados por La Voz, reiteraron ayer que los etarras confinados en el centro gozan de privilegios sobre el resto de internos, los que habría posibilitado que utilizaran a algunos de ellos para obtener información sobre los trabajadores de la prisión y de ayuda para hacerla llegar a la banda terrorista. Los funcionarios contradicen así a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, que asegura que el traslado de los etarras del módulo de aislamiento al de ingresos no supone alteración alguna del régimen de vigilancia y seguridad al que están sometidos como presos de primer grado. Según los funcionarios, que prefieren guardar el anonimato por razones de seguridad, Kepa Urra Guridi y Alberto Plazaola Andoaga, con condenas de treinta años cada uno, conviven y están en contacto directo y diario con una decena de presos comunes, a pesar de que, por su peligrosidad, deberían permanecer en el módulo de aislamiento. Según los funcionarios, también están en esa situación en el módulo ocho los terroristas Aitor Lorente Bilbao y Alberto Rodríguez Cordero, con condenas que suman más de mil años y que ni siquiera pasaron por el módulo de aislamiento. Instituciones Penitenciarias negó ayer que reciban un tratamiento ventajoso en su calificación y situación carcelaria.