España puede perder el tren de la acuicultura por las trabas burocráticas, alerta el sector

MANUEL BLANCO A CORUÑA

GALICIA

XOSÉ CASTRO

El director general de Stolt Sea Farm, Pablo García, aseguró ayer en A Coruña que España podría perder el tren de la acuicultura a nivel mundial debido a la cantidad de trabas burocráticas que se encuentran las empresas a la hora de montar plantas de producción de rodaballo u otras especies.

02 jul 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

García, que participó en un foro de pesca organizado por la Fundación Caixa Galicia, explicó que una compañía puede esperar hasta dos años para conseguir todos los permisos necesarios para construir una planta. García participó en la mesa redonda sobre piscicultura organizada en el marco del foro de pesca Valentín Paz Andrade. El debate, moderado por el investigador Uxío Labarta, contó con la participación de Álvaro Ozores, del grupo Pescanova, José Antonio Bretón, director del Grupo Isidro de la Cal, Gustavo Larrazábal, consejero delegado de la firma Tinamenor, y Luis Cabello, director general de Coremar, filial del Grupo Timar. Los participantes en la mesa apoyaron implícitamente la tesis de García relativa a las dificultades que se está encontrando el sector debido a la excesiva burocratización. Según explicó el director general de Stolt, filial de la multinacional noruega y principal productor de rodaballo de España, un proyecto para la construcción de una granja acuícola puede pasar hasta por 26 departamentos de las administraciones, retrasarse más de dos años y «al final, puede que el proyecto no reciba el visto bueno». En este sentido, matizó que el sector acuícola gallego corre el riesgo de perder inversiones muy importantes en los próximos años si otros países simplifican los trámites para instalar plantas. «En nuestro caso concreto, estoy convencido de que si fuese más sencillo a nivel administrativo, ya habríamos realizado otras inversiones», concluyó. Por su parte, José Antonio Bretón incidió en la necesidad de conseguir valor añadido y calidad en los productos, entre otros factores, como vía para elevar la competitividad y consolidar la posición de las empresas. Álvaro Ozores habló también de la calidad y de la diversificación, sobre todo en cuanto a especies, como los argumentos de Pescanova en su apuesta por la acuicultura.