La precursora incombustible

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

FUTBOL GALLEGO

Oscar Vazquez

Aurora Feros, que jugó hasta los 40, dirige con 60 años al Lavadores femenino

27 nov 2015 . Actualizado a las 15:00 h.

«El fútbol femenino gallego quedó campeón de España. ¿Lo sabías? Jugamos una final en Barcelona, en el Nou Camp, en el año 1985», proclama Aurora Feros (Santiago de Compostela, 1955). A sus sesenta años, la hoy entrenadora del Lavadores de Primera Autonómica Femenina es un caso único en Galicia. Comenzó a jugar a los catorce, se retiró «a los cuarenta y pico» y hoy puede presumir, aunque no lo hace, de ser la mujer que entrena en Galicia en la categoría más alta: Primera Autonómica Femenina.

«A mí el fútbol siempre me gustó. Comencé con catorce años y estuve en el Karbo, el Celta, el Lavadores...». Jugaba como centrocampista, «mediocentro goleadora», matiza, y durante años paseó su técnica por los campos de Galicia. De su época vestida de corto recuerda la liga de catorce equipos femeninos que se armó en Vigo, o las sucesivas competiciones que iban surgiendo a lo largo de Galicia. Para ella tener el balón en los pies era lo más natural del mundo. Lo mismo que dirigir hoy al Lavadores. «Llevo ocho o nueve años como entrenadora. Comencé casi sin querer. Mi cuñado llevaba la escuela de fútbol del club y empecé trabajando con los niños a la vez que jugaba. Para mí fue un paso natural comenzar a entrenar, porque llevo toda mi vida en este mundillo».

Ya había cumplido los cuarenta cuando decidió colgar las botas, pero apartarse del fútbol le resultaba imposible. Pasó un año en blanco y al siguiente «las niñas me pidieron que las entrenara». Aurora se puso el chándal y comenzó a dirigir al equipo. «Yo no tengo formación como entrenadora. Soy autodidacta», confiesa. La falta de tiempo y el «ser muy caro» han impedido que cursase estudios como técnico, pero no que se formase. Entre sus libros de táctica, su intuición y, sobre todo, su experiencia como jugadora, se ha ganado a pulso el banquillo.

«Soy especial para eso. Me fijo en muchas cosas que no son rutinas. Yo no soy capaz de entrenar con todas las chicas del mismo modo, hay que pararse más con unas jugadoras que con otras», detalla la entrenadora, seguidora de Guardiola y fan absoluta de Iniesta.

Desde que comenzó en el banquillo hasta ahora, Aurora se ha ido ganando el respeto de colegas, jugadoras y aficionados. Aunque admite que al principio ver a una mujer al mando generaba en algunos suspicacias. «Cuando comencé sí podían revisar mi trabajo más que el de otros entrenadores hombres, pero ahora ya llevo tanto tiempo que no percibo eso. Yo, con tantos años, supongo que ya me habré ganado ese respeto. Tengo una historia como jugadora y ahora como entrenadora».

Sus décadas en el balompié le han servido para comprobar cómo los perjuicios no entendían de edades. «A veces incluso a los niños tenías que demostrarles tu valía y veías que a algunos padres les era difícil ver a una chica entrenando, pero luego ya me conocían y todo iba bien». A base de trabajo y seriedad demostraba que estaba perfectamente capacitada para el puesto. Como ahora hace en el Lavadores.

«Me ofrecieron salir alguna vez a otro club, pero estoy a gusto aquí y creo que cuando deje el equipo ya me apartaré de los banquillos. Son ya muchos años», cuenta Aurora, que, cuando se le pregunta por el futuro, tira de manual. «Como dice Simeone, partido a partido».

«Tendría que haber muchas más mujeres entrenando y arbitrando»

«Yo creo que tendría que haber muchas más mujeres entrenando y arbitrando. Estamos perfectamente preparadas para ello», asegura Aurora Feros cuando se le pregunta por el papel de la mujer en el fútbol gallego. Ella, que vivió sobre el césped y ahora habita en el banquillo, sabe mejor que nadie que el fútbol no es solo cosa de hombres.

Ella sabe mejor que nadie que el fútbol femenino tiene cada vez mejor etiqueta y confía en que en un futuro próximo ver a una mujer en el banquillo ya no sea nada extraño. «Veo a chavalitas que están jugando y entrenan a niños y creo que se irán abriendo camino. Así como el fútbol femenino está en auge, las entrenadoras también. Hay esperanza, vamos a más. A lo mejor en alguna época hay algún bajón, pero creo que esto ya no hay quien lo pare».

Aurora Feros se felicita por que así sea, pero sabe que no es fácil abrirse paso en un mundo copado tradicionalmente por los hombres. «Las mujeres ahora ya se van atreviendo más, pero no es fácil meterse a entrenar. Yo me metí entrenadora porque me lo pidió mi cuñado. Si no hubiese sido por él no hubiese empezado porque a mí me gusta que me dejen trabajar, y a una mujer a lo mejor no todo el mundo la deja hacer lo que quiere. Es un mundo de hombres y es mucho más difícil». Sin embargo, el paso del tiempo también mueve esos cimientos. Aurora fue pionera en los tiempos oscuros, pero ve un futuro prometedor.