El artista compostelano exhibe en la Casa do Cabido en Santiago «Lousas dun mesmo mundo», donde reúne veinte piezas, la mayoría de ellas fotomontajes fruto de «buscar, buscar e buscar» en su archivo
17 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Una colección de poesías. Así define Xosé Manuel Villanueva las veinte obras que conforman Lousas dun mesmo mundo, la exposición de la Casa do Cabido de Compostela con la que el fotógrafo y artista Denís Estévez (Santiago, 1980) da un paso más en su trayectoria al sumergirse en el fotomontaje. «Decateime hai tempo de que teño moito material gráfico que de por si é moi plástico, pero digamos que non invitaba a sacar contido literario», afirma. Así que apostó por fundir dos imágenes aparentemente inconexas, «pero que se se lle buscan as ligazóns chegan a xerar contido, unha pequena historia» que está cerrada por el título, pero, al mismo tiempo, está abierta a la crítica, a la intención del observador. «Na arte é colaborar co espectador, porque el é quen ten a última palabra», añade.
Y pequeñas historias para que lea el visitante son las que conforman ese rostro de una figura de la portada de Praterías de la catedral de Santiago mezclada con unos árboles de invierno; un río fusionado con un hombre que observa por una ventana; ese aro por el que asoma todo un paisaje; ese juego entre la sombra de unos niños caminando y la de un trabajador; esa pieza Coloso en la que conviven grandes torretas eléctricas con una mujer agachada mientras trabaja; ese cara a cara de Unha traxedia cotiá entre un subfusil que se enfrenta a unos seres vivos; así como esa valla con alambre de espinas a las que se enfrenta una persona.
«Imaxes sedutoras e suxestivas enriquecidas polo impulso metafórico das palabras; así Lousas dun mesmo mundo é un gran poemario que propón unha rica vivencia estética para espectadores espertos. Unha festa da poesía visual», concluye Xosé Manuel Villanueva en el catálogo.
Para llevar a cabo este proyecto que suponía el regreso a las exposiciones individuales después de un lustro, Denís Estévez no tomó ninguna fotografía nueva, sino que lo que hizo fue «buscar, buscar e buscar» en el archivo gráfico que fue conformando desde el año 2001 hasta el 2023. Y a partir de ahí creó esos fotomontajes en blanco y negro, que el espectador puede observar con claridad, ya que el propósito del artista es que quede patente que se trata de dos imágenes unidas: «É fotografía, pero son irrealidades». Es así como define —«irrealidades» o «ensoñacións»— las piezas que conforman Lousas dun mesmo mundo. «Actúan coma novas imaxes xurdidas de fragmentos doutras anteriores. Son como as palabras nacidas de morfemas e lexemas», resalta, por su parte, Caamaño Pampín en el catálogo que complementa esta muestra.
Pero al ir recorriendo este particular poemario visual no solo hay fotomontajes. Hay tres obras que son fotografías únicas, como la pieza Un mesmo mundo que da la bienvenida al visitante, en donde una pulcra valla publicitaria convive con raíces, tierra removida y piedras. Entre las excepciones también se incluye un tríptico con el que Denís Estévez se refiere a la emigración gallega en distintas épocas desde el siglo XIX y, para finalizar, una pieza dispuesta a modo de ajedrezado haciendo un guiño a su propia trayectoria artística como pintor. Con ellas completa este relato de «ensoñacións» con las que el artista aborda, entre otras cuestiones, la lucha por un mundo sin fronteras, además de cuestionar ese estar continuamente produciendo. Precisamente, esa negación de la producción sistemática, junto con la revisión del archivo y la necesidad de replantear el pasado constituyen los pilares básicos del proceso creativo de este poemario visual que puede visitarse hasta la primera semana de junio.