Sara Socas, en la élite del «freestyle»: «Los hombres van a estar sobre ti porque eres lo diferente»

JAVIER VILLAVERDE / A. A.

FUGAS

Red Bull

La artista canaria dice que en las batallas de gallos es importante que haya mayor presencia femenina

17 ago 2021 . Actualizado a las 13:47 h.

Lo que comenzó como «un hobby entre colegas» ha catapultado a Sara Socas a la élite del freestyle. Desde sus inicios en el 2016, la canaria no para de sumar éxitos, ganándose un nombre en un mundo masculinizado, en el que «la representación es la clave». Además, acaba de hacer historia, al ser la primera mujer en clasificarse para la FMS, donde no se ve ganando, pero sí «con posibilidades de quedarse al 100%».

—Fuiste la única mujer en participar en la USN World Summer Cup. ¿Es el «freestyle» una disciplina copada por hombres?

—Sí, es una cuestión de roles de género y estadística. Hoy, hay muy pocas mujeres que se hayan atrevido a ir al parque o a competiciones de escenario. Al ser tan pocas las que nos hemos atrevido a dar este paso, es más difícil llegar a un nivel de élite. Espero que vaya cambiando porque es beneficioso contar con la mayor amplitud de discursos y puntos de vista. Cuando a la gente le molesta, solamente me dan la razón de que hace falta.

—¿A qué se debe esta desigualdad?

—Es una disciplina muy violenta, pero no a nivel físico. En su momento, el freestyle y el rap estaban acaparados por hombres y su jerga de insultarse no es la misma que cuando llega una mujer. Sabes que todos los hombres van a estar sobre ti porque eres lo diferente, como si se supiera que un chico es gay y fuera a batallar.

—¿Cuál es la clave para acercar a las mujeres al «freestyle»?

—La representación es una clave. Cuando empecé, hubo un día que busqué en YouTube «mujeres en el freestyle», porque siempre me salían batallas de chicos. Pensaba: «¿Está prohibido? ¿Voy a ser yo la primera loca en hacerlo?». Me llamaron la atención la Joaqui, Rouse y Erika Dos Santos. Cuando las vi rapear y defenderse reivindicando su papel, me inspiró. Sentirse identificada es importante.

—Muchas veces, oímos improvisaciones de corte machista, ¿debería haber un control respecto a los mensajes?

—Hoy, con la cultura de la cancelación, cualquiera que la cague con algún tema, se lo va a comer después. Quizá en el escenario no hay una persona que haga de árbitro, pero llega un punto en el que la sociedad no permite determinadas actitudes. Estoy a favor de que cada uno pueda decir lo que le dé la gana, pero el tiempo va poniendo a cada uno en su lugar.

—¿Consideras importante utilizar tu plataforma para dar voz a estos grupos?

—Sí. Gran parte de mi público se interesó al ver ese contenido en redes. Es la importancia que tiene hoy en día la representación de causas o ideas. La gente cree que sigo algún tipo de estrategia, que gano la batalla porque tiro del recurso fácil o populista... Cada uno tiene que defenderse con sus defectos y sus virtudes.

—Este año has hecho historia al ser la primera mujer que participa en la FMS (el top de las ligas de free). ¿Por qué rechazaste competir el año pasado?

—Sabía que iba a generar polémica. Por una parte, no me sentía preparada. Si para subir ahí, lo único que me voy a llevar son palizas o, directamente, yo me voy a sentir mal por haber subido así, no me compensa. Tampoco estaba preparada para el hate (odio), porque a otros los han subido y a nadie le importa, pero si a mí me suben y consigo cero puntos, ponen una bomba atómica en mi casa.

—Hay cierto prejuicio al mundo del rap, asociado con la violencia, las adicciones… ¿Cómo se puede limpiar esa imagen?

—Yo creo que se ha ido limpiando poco a poco, al convertirse en una disciplina más consumida, que tiene un alcance tan grande que llega a las propias familias, a los maestros y a los adultos en general, que son los que podían tener ese concepto negativo. Se han ido dando cuenta de que el free ahora es algo con mucho bagaje cultural, más vocabulario, perfiles diferentes, maneras de rapear distintas y mucho ingenio y rapidez mental. La gente nos dice que les parece increíble que podamos improvisar, crear una historia al momento, respondernos y generar un espectáculo.