«Gente normal»: el amor era esto

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La serie recrea una sutil «love story» que captura el dramatismo y el anhelo expectante de la novela de Sally Rooney

25 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La gente normal se enamora. Y a veces vive una historia de amor extraordinaria. Ahora que la palabra normalidad ha tomado un significado siniestro, la superpremiada y maravillosa novela de la irlandesa Sally Rooney Gente normal (Normal people) llega a la televisión para invitarnos a soñar con esta sutil love story. Marianne y Connell son esos amantes atormentados que se atraen y se repelen con la misma intensidad. Dos almas gemelas que no son capaces de encontrar el camino que los une y que sufren con cada paso que los separa. Esto no es una historia de amor millennial (no hay apps de citas, ni nada similar), esto es una sencilla historia de amor. Un romance que te hará vibrar y también sufrir, y que hasta te pondrá furioso.

Si los monólogos interiores, profundos y austeros, marcan la bellísima prosa con la que Rooney cuenta la historia escrita, la versión para la televisión, dirigida por el irlandés nominado al Oscar Lenny Abrahamson y con guion realizado con la colaboración de la propia Rooney, consigue salvar el escollo que supone verter los pensamientos a la pantalla a través de diálogos pausados y silencios muy medidos. Un tono perfecto que captura toda el dramatismo y el anhelo expectante de la novela.

Es cierto que Marianne (que interpreta la actriz Daisy Edgar-Jones) es mucho más guapa y glamurosa de lo que el libro da a entender (menos normal de lo que esperábamos), pero la fuerza de su relación con Connell (Paul Mescal), que se inicia en secreto cuando son compañeros de clase en el instituto en la ciudad irlandesa de Sligo y que se prolonga hasta su paso a la universidad de Dublín, conserva en la serie todo su sentimiento y pureza. Marianne y Connell viven una historia que todos querríamos haber vivido, incluso en su lado más amargo.

No tengas miedo a leer el poético libro de Rooney si aún no has visto la serie, porque tal como sucede últimamente en muchas adaptaciones a la televisión, los directores evitan el spoiler proponiendo un final algo diferente. Y que por supuesto no te voy a contar. De momento, para verla hay que darse de alta en el servicio de streaming de Starzplay, disponible en Apple TV, Orange TV, Vodafone TV, Rakuten TV y en la app de Starzplay para iOs y Android. Hay una semana de prueba gratis en la que si te concentras podrás ver los 12 episodios de 30 minutos de duración. Yo lo hice así. Doce episodios que se hacen muy, muy cortos.

Si ya te recreaste con la lectura de la historia apreciarás algunos cambios en su paso a la televisión. Hay más escenas de la vida en el instituto (¿guiño al público adolescente?), se dulcifica algo el sexo duro y también se rebaja la toxicidad de las relaciones de Marianne con su familia.

La fotografía, la ambientación, y hasta el vestuario de Marianne, son perfectos. Y además la banda sonora te deja prendado. Hay temas de Chvrches, Yazoo, Nick Drake, Caribou, Carly Rae Jepsen, Anna Calvi y muchos más. Tienes la playlist disponible en Spotify. Sí, el amor era esto, aunque ya casi no nos acordamos.