Bunbury y el problema de los versos ajenos

C. Pereiro

FUGAS

El compositor aragonés Enrique Bunbury
El compositor aragonés Enrique Bunbury No disponible

El escritor Fernando del Val reúne en «El método Bunbury» casi cuarenta canciones de Bunbury que utilizan fragmentos de otros autores

10 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Es posible que los siguientes versos le recuerden a algo: «Las palabras son como avispas y la calle como un cohete cuando te espero [...] Tengo un ataúd para tus besos y una corona para tu pelo [...] Eres el verano y mil tormentas y el león que sonríe en las ortigas». No, no se equivoca, se parece a ese himno castellano que Enrique Bunbury ideó para Héroes del Silencio, La chispa adecuada: «Las palabras fueron avispas y las calles como dunas cuando aún te espero llegar. En un ataúd guardo tu tacto y una corona con tu pelo [...] Eras verano y mil tormentas, yo el león que sonríe a las paredes».

La anterior comparación es solo una de las varias decenas que Fernando del Val, escritor nacido en Valladolid, ha conseguido juntar en El método Bunbury (2020), un fino estudio sobre la manera de afrontar el folio en blanco por parte del compositor zaragozano. Por supuesto, no está exento de polémica. Del Val señala que ha detectado casi cuarenta canciones firmadas por Bunbury en las que son utilizados fragmentos, en su mayoría líricos, de otros autores: Fernando Arrabal, Mario Benedetti, Bukowski, Sánchez Dragó, Blas de Otero, Michel Houellebecq, Gabriel Celaya, Haruki Murakami... El autor contabiliza más de 500 versos de posible inspiración ajena.

Más allá de lo que pueda parecer, una especie de ataque frontal contra el cantante, el autor del estudio explica que no se trata de acusarlo de plagio o restarle un ápice de valor a sus composiciones, sino de poner sobre la mesa que esos versos proceden de obras de otros, que de ahí parte de su inspiración, hecho que no se recoge en ningún libreto o disco por parte de Bunbury. Robe Iniesta, de Extremoduro, por ejemplo, sí ha citado en el pasado las fuentes de donde proceden los versos de algunas de sus canciones, como Sucede, inspirado en el famoso Walking around de Pablo Neruda; o cuando parafrasea a Machado en Buscando una Luna.

La polémica está servida y las declaraciones no han tardado en llegar. Sea por parte de los autores originales o de los gestores de su legado literario, algunos lamentan que el cantante zaragozano no reconozca lo evidente. No se trata de un asunto de dinero, sino de afirmar y acercar al público la inspiración original de esas letras. Otros, como Dragó o Arrabal le restan importancia al asunto, tal y como se recoge en el libro.

¿Otro ejemplo? Este de su último disco editado, Posible (2020). «Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne [...] todo tú en el espacio lleno de sonidos en la sombra y en la luz», escribió Frida Kahlo. Bunbury canta: «Tus ojos espadas dentro de mi carne me llenan de sonido en la sombra y en la luz».