Lo nuevo de la saga Harry Hole, el perturbador detective creado por el noruego Jo Nesbø, llegará a los quioscos el 17 de octubre
21 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Es un borracho y un drogadicto. Un sociópata sin diagnosticar. Un tipo reactivo al compromiso con un imán para llevar al abismo a todo aquel que lo rodea. Pero también es un policía íntegro y brutalmente honesto. Una mente brillante y preclara convertida en la tabla de salvación de un país, Noruega, que por lo visto factura asesinos en serie en idéntica cadencia: tal que en una fábrica. Y por todo ello amamos al detective Harry Hole. Por sus bondades y sus miserias. Porque el héroe también puede ser un antihéroe. Uno de los nuestros. El personaje que Jo Nesbø creara allá por 1997 volverá a los quioscos en España el próximo 17 de octubre con Cuchillo (Roja & Negra), la duodécima novela de la saga.
Sus seguidores, que son legión por todo el planeta, llevaban un tiempo esperándolo. Desde el 2017, tras La Sed, una de las novelas más inquietantes y celebradas de la saga. Andaba la parroquia inquieta porque al autor noruego le dio un arrechucho el año pasado y porque tras su última publicación, Macbeth (2018), se especuló con la posibilidad de que las desventuras del buen policía durmiesen el sueño de los justos durante una temporada.
Pero no ha sido así. Y lo oportuno es celebrarlo. Que el trayecto es muy corto para el lamento y es ahora cuando cada entrega de Hole se disfruta como un buen vino. Nesbø ha envejecido al personaje con la paciencia de un orfebre. Lo ha llenado de matices y cicatrices (por dentro y por fuera). De infinitos guiños a su pasado. Y no es que no se pueda disfrutar de una novela sin visitar las anteriores. En absoluto. Es simplemente que el auténtico placer de la propuesta del autor noruego habita en la lectura previa. En toda la información que nos ha ido procurando en dos decenios de crímenes y finales inverosímiles, de giros imposibles, paisajes y personas que van y vienen. Que fluyen y evocan. De todas esas veces que ha atrapado al lector en su tela de araña, jugando con él a su antojo como un ilusionista. Para acabar sumiéndolo en esa pregunta que cristaliza en tantas novelas negras: ‘¡Pero cómo no lo habría pensado antes!’
Poco queda ya en este viaje de aquellas dos primeras novelas de la saga Hole, El murciélago (1997) y Cucarachas (1998), seguramente las menos lúcidas de esta travesía, entretenidas en cualquier caso. Un divertimento para cualquier tarde de verano. Con la tercera, Petirrojo (2000), Nesbø alcanzó un nivel a la altura de los grandes del género. Por su estructura y por la trama, pero también por el arrojo de tocar un fenómeno, el de la relación de Noruega con el nazismo, que su país trató de difuminar durante décadas confrontándolo con la imagen de una democracia moderna y próspera.
Todo lo que vendrá después no hará más que agrandar la figura del autor, consolidado hoy como un superventas a nivel mundial: más de 28 millones de ejemplares, traducciones a cuarenta idiomas... Elegir una novela de Nesbø a partir de entonces es como tomar partido ante la más espinosa de las preguntas: ¿a quién quieres más, a papá o a mamá?
Digno representante de la literatura negra escandinava, resulta imposible visitar a Hole y no acudir al Wallander de Mankell. Ambos inspectores geniales, con inclinaciones etílicas y dificultades para relacionarse. Los dos sumergidos en un universo trufado de crímenes y drogas, de prostitución, violencia y lo peor de la condición humana, tan alejado por otro lado de la visión que por estos lares proyectamos de aquellas frías tierras. Ocurre que el viaje al infierno del hijo de Nesbø va más allá que el del bueno de Kurt. Su criatura es en el fondo una suerte de Sherlock posmoderno: bebedor empedernido de Jim Bean y fumador de opio, sumamente inteligente e introvertido, un vasto contenedor de demonios... Un policía que desarma a asesinos en serie porque en el fondo conoce sus mentes. Un sociópata cazando psicópatas.
Y un tipo que es en realidad un gato. O dos. Hole se ha dejado vidas ahogado en una piscina, torturado, degollado, descerrajado a tiros con una Odessa... Marvel ha liquidado superhéroes con mucho menos. Nesbø ha llevado tantas veces al límite a su personaje que sus lectores andan con la mosca detrás de la oreja desde hace tiempo. Temen que el detective se acoja a un destino que su creador le ha insinuado con demasiada frecuencia. Pero eso no, Jo. Eso no. No tan pronto. Jamás te lo perdonaría... Que diría Caye.
«Petirrojo»
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«El muñeco de nieve»
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«El leopardo»
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«La sed»
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«Cuchillo»
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