«El mejor sexo es el que se disfruta sin reglas»

TEXTO: MILA MÉNDEZ

FUGAS

cedida

La sexualidad femenina no tiene fecha de caducidad. Con un título que juega al doble sentido, la feminista y profesora universitaria jubilada aborda en su último libro uno de los secretos mejor guardados: el sexo después de la menopausia

08 jun 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

Los años pesan todavía más sobre ellas. No en lo físico, sino en lo social y cultural. La escritora y doctora en Psicología catalana Anna Freixas reivindica en su último libro la sexualidad femenina en la madurez. Un trabajo para el que ha recopilado testimonios de «mayores» y en el que también está presente la ciencia. Después de Tan frescas llega Sin reglas, un canto al disfrute, a perder el miedo al gozo una vez que no hay regla. El término de la edad reproductiva, lejos de ser el trauma con el que se ha querido machacar a las mujeres, es su gran oportunidad para liberarse.

-¿Ha llegado el momento de perderle el miedo a la menopausia?

-Durante mucho tiempo ha habido una lectura negativa de la menopausia. Es un fantasma que se ha transmitido culturalmente para desanimarnos. Las mujeres retrasan el momento de decirlo. Parece que, a partir de ahí, estamos en liquidación. Ahora, las cosas están cambiando. Se impone poco a poco la cultura de que es el principio de todo. Las mujeres tenemos más voz y reconocimiento.

-¿Por qué hay que abrazar, y no ocultar, esta etapa?

-Es una de las transiciones de liberación. Como la jubilación o cuando los hijos se van de casa.

-En «Sin reglas» apunta a que uno de los secretos mejor guardados es el sexo en la edad adulta. ¿Por qué no se habla más de ello?

-Hay una invisibilidad de las personas mayores, sobre todo, de las mujeres. Ellos, de alguna manera, siguen teniendo la parte ancha del embudo. Las mujeres pierden poder, posiciones representativas... desaparecen a la vista de la sociedad.

Menos invisibles

-¿Por qué el género femenino sigue en un segundo plano, también en el ámbito de la sexualidad?

-Los hombres siempre quisieron controlar a las mujeres. Lo hicieron, por ejemplo, a través de la religión. Pero, ahora, la creencia de que nuestra finalidad es la reproducción está muy superada. Las mujeres ya no piensan que es el fin.

-¿Intiman las mujeres adultas seguras de sí mismas?

-Una mujer mayor que muestra su deseo sexual puede incomodar a la gente que trata de mantener unas normas. Los hombres han preferido siempre tener relaciones con mujeres más jóvenes. Las mayores estaban bien en su limbo de sexualidad y silencio. De ahí, esa idea de que la sexualidad terminaba con la menopausia.

-Entonces, volviendo al sexo, ¿qué le dijeron los testimonios que fue recopilando para el libro? ¿Y los científicos?

-La sexualidad de las mujeres no tiene fecha de caducidad. La evidencia científica, como ya lo demostraron los sexólogos estadounidenses Masters y Johnson hace décadas, confirma que la edad no tiene por qué ser un inconveniente. El mejor sexo es el que se disfruta sin reglas, en ambos sentidos. Sin reglas morales pero también sin el período.

-Enumere los motivos por los que, sin reglas, el sexo es mejor...

-Por un lado, no tenemos la regla, no hay que usar métodos anticonceptivos ni preocuparse por un embarazo no deseado. Por otra parte, cada vez rompemos más con el patriarcado. Tenemos un mayor control sobre nuestra vida, podemos ser capaces de negociar lo que nos gusta o no, poner límites. Es un buen momento en la vida de las mujeres. Mejora el nivel de hierro en el cuerpo, nos encontramos mejor, emocionalmente estamos más tranquilas. Además, ¡ahorramos un montón de dinero al mes!

-¿Siempre se cumple esta regla? ¿Siempre apetece más el sexo tras la menopausia?

-No hay un límite de edad ni tampoco una sola sexualidad, como la menopausia, depende de cada persona. Hay quien a los 70 u 80 tiene interés por la sexualidad. Hay quien no. Es una experiencia múltiple y diversa.

Nada que ocultar

-¿Es aún más tabú hablar de sexo cuando se superan los 50 y eres mujer?

-Sí. Hablar de sexo sigue siendo un tabú. No estamos acostumbradas a hablar de nuestra sexualidad a ninguna edad. Falta un lenguaje propio. Las mujeres que hoy somos mayores somos hijas del franquismo, fuimos educadas en una cultura muy distinta a la de las nuevas generaciones. Ahora, vamos teniendo más capacidad de demostrar nuestro deseo, y de hacerlo con mayor libertad, cosa que antes era impensable. Cultural y educativamente, se nos había restringido ese derecho.

-¿Sigue sin estar bien visto ser sexualmente activa con 60?

-Hay una palabra, cougar, ‘puma’ en castellano, para definir a las mujeres con hombres mas jóvenes. Es una de las muchas etiquetas que tratan de desalentarlas. Mientras, los hombres siempre han ido de caza. Nadie les dijo que fueran tigres ni leones. A las chicas las llaman pumas.

-¿Qué puede desanimar a una mujer? ¿Qué la disuade de querer dar el paso y manifestar sin complejos su deseo?

-Existe un problema que afecta más a ellas. A veces, no resulta fácil encontrar con quién practicar sexo, existe ese temor.

-Si tenemos en cuenta la esperanza de vida, después de la menopausia todavía quedan muchos años por delante. Lo mejor es disfrutarlos, también aquí, al máximo...

-Hay que pensar que antes, a los cincuenta o a los sesenta años, llegábamos a la menopausia bastante mal. Con una salud peor que ahora. ¡La historia nos ha regalado, al menos, treinta años de vida extra!

-Ya que usted ha escrito el libro, ¿alguna recomendación cinematográfica?

-Nosotros en la Noche, con Jane Fonda y Robert Redford. Muestra todo el proceso, el momento del acercamiento entre un hombre y una mujer mayores. Es muy interesante, y recomendable.