Oscuros secretos tras un corte clásico

TEXTO:ELENA MÉNDEZ

FUGAS

cedida

Con un guiño a la clásicas novelas negras al estilo de Agatha Christie inicia Benjamin Black, el alter ego del escritor irlandés John Banville, su novela Pecado.

15 dic 2017 . Actualizado a las 11:16 h.

Estamos en 1957 en una «cruda mañana de invierno» y el cadáver de un cura católico aparece en la biblioteca de Ballyglass House, la casa solariega de los Osborne, de la antigua baronía de Scarwalsh. Es la forma en la que Banville consigue introducirnos en una trama oscura de abusos de los poderosos sin que perdamos la sonrisa. Aunque enseguida marca la diferencia, el cadáver aparece brutalmente castrado.

La novela, que este año resultó ganadora del Premio Internacional RBA de Novela Negra, presenta a un nuevo personaje: el inspector Strafford. Un investigador desgarbado, protestante (en un mundo de predominancia católica) y sorprendentemente abstemio, que nada tiene que ver con el habitual forense Quirke de sus anteriores novelas. «Era solo cuestión de tiempo que le dijesen que no parecía policía, pero lo que querían decir era que no parecía un policía irlandés».

Entre los personajes ya conocidos encontramos al comisario jefe Hackett , que será el que envíe desde Dublín al inspector Strafford, quien con la ayuda del oficial Jenkins, investigará este delicado caso en el que la iglesia Católica jugará su papel.

También encontramos un coronel envarado, una esposa lánguida y una hija rebelde. Pero no se fíen, esto no es Diez negritos, el misterio es más profundo de lo que parece y los poderes que quieren ocultarlo más oscuros.