Scarlett Johannson: «Me siento feliz, no voy a quejarme por la fama»

MARÍA ESTÉVEZ

FUGAS

GONZALO FUENTES

Es la actriz mejor pagada de Hollywood y una clásica del cine de ciencia-ficción. Ahora regresa a las pantallas convertida en un cyborg. Y es que como muchos ya sospechábamos... Scarlett Johansson no es de este mundo

31 mar 2017 . Actualizado a las 18:37 h.

Scarlett Johansson, una rareza en Hollywood, es la actriz mejor pagada de la industria y una de las pocas que puede liderar un filme sin miedo al vértigo de la taquilla. Su determinación y su poder nacen en parte de los personajes que interpreta. Ella entiende su lenguaje corporal y se refugia en papeles que cuestionan la existencia, más íntimos que emocionales. La isla, Her, Lucy y ahora Ghost in the Shell la convierten en la actriz favorita de la narrativa de ciencia-ficción. Sin embargo, esa pasión que se guarda al crear cyborgs para la pantalla la exterioriza en la vida real: en manifestaciones contra la política de Trump o en mítines en favor de las libertades públicas. Su activismo feminista lo demostró con su participación en la marcha a favor de las mujeres, donde dio un duro discurso junto a Madonna. Scarlett Johansson protagoniza esta semana la visión en carne y hueso del animé de culto dirigido por Mamuro Oshii. Visualmente espectacular, la adaptación corre a cargo del cineasta Rupert Sanders, quien humaniza una historia mucho más existencial en su versión animada. Johansson da vida a Major, una luchadora de élite en la Sección 9, grupo antiterrorista formado por la compañía de robots Hanka. En realidad es un cyborg, con un cerebro y un cuerpo artificial, que cuestiona su derecho a vivir.

-¿Qué significa para usted interpretar el personaje de «Ghost in the Shell»?

-Me da cierto miedo, mucho miedo. Pero eso forma parte del reto, de superarte como actriz. Tal vez, lo que más me preocupaba era la exigencia física, conseguir alcanzar ese nivel físico en las escenas de acción que provoca la admiración del espectador. No es fácil, este filme ha necesitado una enorme preparación por mi parte. He dado lo mejor de mí en cada secuencia.

-¿Se involucró en este filme desde el primer momento?

-No, no tuve una reacción inmediata. Cuando me lo ofrecieron, me pareció que no había razones suficientes para llevar la animación a la realidad. Luego, cuando Rupert me explicó el viaje existencial que había preparado para el personaje, su propuesta visual y la búsqueda de la identidad, empecé a sentir esa llamada interior que un actor necesita para meterse en un papel.

-Supongo que fue un compromiso personal interpretar un personaje sumido en una inmensa lucha interior...

-Fueron cinco meses muy difíciles porque no fue solo un compromiso físico sino también psíquico. Es un personaje que se siente abandonada, aislada, que se cuestiona constantemente. Meterme en la mente de un papel como este y convertirlo en tu realidad durante cinco meses fue incómodo, y llegó a afectarme personalmente. Afortunadamente, cuando sentía la angustia del personaje, me refugiaba en el aspecto físico y dejaba de pensar como ella.

-En el anime es un personaje japonés, y se ha hablado mucho del blanqueo que se ha hecho con él...

-Estamos hablando de un cyborg sin identidad. Mi personaje es víctima de la amnesia, sus recuerdos son muy borrosos y en realidad ella es el producto de sus sentimientos. Ella se pregunta quién es, cuestiona quién cree que fue y quién es en realidad. Realmente sus memorias no importan, solo su presente y sus acciones en cada momento.

-Usted interpreta muchas películas de personajes robóticos. ¿Es un estilo de interpretación que se identifica con usted?

-Como actriz me gusta sentir emociones, no poder mostrarlas es muy difícil. Es un reto sentir miedo y soledad en el corazón y enmascararlos. He aprendido que no tengo que perderme por completo en un personaje a la hora de interpretar. He madurado y he aprendido que es importante dejar el trabajo en el rodaje y no olvidarse de uno mismo cuando se llega a casa.

-Usted ha sufrido por su fama. ¿Cree que la pérdida de privacidad es consecuencia del éxito?

-Me siento increíblemente afortunada por haber conseguido el éxito y no voy a quejarme de la fama. Me fascina lo que hago y mis proyectos cinematográficos me llenan como artista. Todo lo demás, la fama y la invasión de privacidad es un dolor de cabeza. Tengo muchos amigos que no tienen trabajo, que no consiguen nada ni en la televisión, ni en anuncios, ni haciendo interpretaciones de voz, así que quejarme por mi pérdida de anonimato es un poco tonto. Créeme, la fama puede ser una gran pesadilla.

-Usted vive en Manhattan. ¿Nueva York le permite tener una vida más o menos tranquila?

- En Nueva York puedo andar por cualquier sitio y nunca nadie me molesta. La gente en Nueva York, cuando ve a una celebridad, te mira, encoge los hombros y sigue a lo suyo. Vivo una vida relativamente normal; monto en metro, voy al supermercado, camino por la calle. Y si alguna vez me encuentro con un problema cojo un taxi.