La lucha universal por la vida

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Íñigo Jáuregui se suma ahora a la nómina de traductores de Darwin en esta espléndida edición que merece una reflexión

23 dic 2016 . Actualizado a las 05:15 h.

El nombre de Charles Darwin es la piedra angular para la moderna concepción del mundo natural en que vivimos y el camino recorrido hasta llegar a hoy. Y, en su pensamiento, revolucionario en su día y de influencia decisiva, el concepto de la selección natural para entender la evolución constituye su base fundamental. Una «lucha universal por la vida», como la definió el naturalista inglés, que se extiende a «no solo la vida del individuo, sino el éxito a la hora de dejar descendencia».

Darwin fue traducido al español ya en vida y su obra llegó a estar censurada y prohibida en los primeros años posteriores a la Guerra Civil. Íñigo Jáuregui se suma ahora a la nómina de traductores de Darwin en esta espléndida edición que merece una reflexión.

La selección natural es un tomo de formato generoso, papel de buena calidad y una maquetación y disposición tipográfica que hace justicia a un texto cuya importancia queda fuera de discusión y que ha sido analizada desde todas las perspectivas posibles. Por tanto, el protagonismo en este caso recae en la propia edición en sí. Si la traducción traslada la prosa, clara pero sólida, de Darwin, las ilustraciones de Ester García parten de lo escrito para recurrir a la imaginación y llevar lo que no deja de ser un tratado científico al terreno de lo imaginativo.

Las ilustraciones comparten un sobrio blanco y negro y una textura deudora del lápiz, pero luego se engloban en dos grandes áreas. La primera remite a los fidedignos dibujos naturalistas con los que se ilustraban históricamente volúmenes como los de Darwin y otros investigadores de lo natural. Plantas y animales se reflejan en el detalle de sus características. La segunda saca todo el partido a la imaginación y retrata a los protagonistas de formas diferentes a lo habitual: ciervos que se baten con espadas en un duelo de esgrima, el árbol genealógico de los paquidermos, el caballo que se mira al espejo, que le devuelve su opuesto; el juego de ropas de quita y pon para un zorro o el gato y el ratón que juegan en un sube y baja. Todo un ejemplo de cómo perdura la obra de Darwin.