Lemmy, más que el cantante de Motorhead

Fernando Molezún LA HABITACIÓN DE DIÓGENES

FUGAS

08 ene 2016 . Actualizado a las 18:40 h.

Estas Navidades nos dejaba uno de esos músicos cuyo personaje trasciende con creces sus méritos artísticos, que también los tenía. Pero es que Lemmy Kilmister era mucho más que el bajista y cantante de Motörhead. Era una bestia parda que llevaba lo de sexo drogas y rock and roll tatuado a fuego en el alma y que funcionó más como catalizador de rabia para incomprendidos y rebeldes que como innovador del ruido, que también. Por ese motivo no podemos dejar de aconsejar al fan y al mero curioso que vea el documental Lemmy, en el que incluso deja entrever ciertos aspectos tiernos (sí, tiernos) de su rocosa personalidad; y la lectura de su autobiografía, también titulada con su nombre y coescrita por Janiss Garza. Pero quien quiera descubrir la música de este titán más allá de su papel en el hermanamiento del punk y el metal con Motörhead, que se aventure en los terrenos de Hawkwind, grupo en el que se consagró como cascarrabias y del que existe un directo en Chicago en 1974 que da buena muestra de lo que era un concierto de estos chalados. Eso sí, quien quiera hacerse con él que se prepare para pagar algo más de mil dólares.