Hablar de Francis Alonso es hacerlo de un jugador con un extraordinario instinto técnico para anotar. Decir que es simplemente un tirador, es asumir el riesgo de quedarse corto. Es un jugador que tiene el aro entre ceja y ceja, un anotador eficaz que consigue, sin grandes complicaciones, que las defensas rivales tengan que mantener toda su atención sobre él.
Un shooting form depurado, fruto de horas de trabajo específico, que hace que su capacidad táctica de lectura de bloqueos indirectos, sumado a su capacidad para anotar desde situaciones de pick and roll, le conviertan en un jugador cuya aparición en la selección española no me sorprendería en absoluto. Su inicio de temporada no está pasando desapercibido y, desde luego, está haciendo méritos para ganarse un sitio en la primera lista de Chus Mateo.
Antes de ficharlo, varias personas dentro del club me llamaron para preguntarme por él, por sus actitudes y aptitudes. Todo lo que les dije es aquello que está demostrando ahora en Lugo. Su rendimiento está hablando por sí solo. Los que lo conocemos sabemos el jugador que es y de lo que es capaz.
Trabajar con Francis Alonso es muy sencillo. Un jugador muy entrenable, trabajador y respetuoso, además de ser tremendamente competitivo. Sin duda, es un perfil que sé que encajará a la perfección en un club como el Río Breogán, cuya afición ha conectado y seguirá conectado a las mil maravillas con él.
Francis Alonso ha llegado para quedarse, ya es una realidad.