Hermosa pelea entre el Breogán y el Real Madrid

Ricardo Hevia

FORZA BREO

OSCAR CELA

20 oct 2021 . Actualizado a las 20:30 h.

Comenzó el esperado partido en el Pazo de forma bastante previsible. Un Real Madrid a cámara lenta después de cinco partidos en diez días, indolente atrás y negado desde el triple, y un Río Breogán eléctrico, muy acertado, que rápidamente pasó por encima de los blancos.

Paco Olmos tenía reservada una sorpresa. Instaló al equipo en una defensa zonal más atenta a colapsar el juego interior del Madrid que al tiro exterior. La jugada salió perfecta. Los triples de los hombres de Pablo Laso no entraban, y cuando algún balón llegaba a un pívot, nunca podía girarse porque detrás siempre había un ayuda. El Breogán iba por delante en el marcador, pero el partido no se rompía. La zona incomodaba más de la cuenta al conjunto madridista, que atrás tenía un agujero que comenzaba en la mala defensa del pick and roll. Pablo Laso se desesperaba en la banda y comenzó a tirar del banquillo. Efecto inmediato. El juego se igualó y el electónico también. Los triples blancos comenzaron a llegar y al equipo lucense le tocó ir a remolque. Una racha de Yabusele metió miedo, pero el Breo nunca se rindió, no perdió la paciencia y estuvo siempre al acecho.

El efecto Rudy

Peor fue el inicio del tercer cuarto. Apareció en cancha Rudy Fernández para anotar tres triples casi consecutivos y parecía haber llegado el final. Si bien el Breo no se rindió, se puso serio atrás y volvió a encontrar el acierto anotador. Cinco puntos seguidos de Heurtel llevaron la diferencia hasta los 12 tantos. Todo parecía decidido. Pero aún restaban 10 minutos que resultaron apasionantes. Primero el Madrid aún amplió más su ventaja, y después llegó la gran remontada de un equipo valiente, capitaneado por el canadiense Bell-Haynes, que a falta de solo dos minutos para la conclusión del partido reducía la desventaja a solo dos puntos. Allí apareció ese Llull tantas veces salvador de resultados. A los celestes se les fue el acierto y a continuación, el escolta madridista hizo el resto con cinco puntos consecutivos que resultaron definitivos.

Una racha de Yabusele, junto a las de Heurtel, Rudy y Llull mantuvieron al Madrid cuando peor lo pasaba. Enfrente, el Río Breogán ejemplarizó lo que hay que hacer en todos los partidos aunque enfrente esté un gigante: no rendirse nunca y pelear hasta el final. Así lo entendió también la afición del Pazo, que, orgullosa, despidió con una enorme ovación a su equipo.