Plácidamente espera el Breogán el final de esta primera fase que se convirtió en un paseo para los azules. De un lado, por su regularidad y de otro porque todos sus rivales, todos sin excepción, han colaborado para que de momento en Lugo se viva un año feliz y tranquilo. Tratar de buscar una catástrofe que permita avistar alguna posibilidad de no quedar primeros, son ganas de buscar emoción donde no existe. La mayor preocupación en el club, es la recuperación de Ahonen, esa pieza tan necesaria para cuadrar y dejar redondo un equipo que ha sido el mejor de los dos grupos en esta primera fase. Ahonen, es ese tirador en opinión generalizada que se echa en falta para que todo sea perfecto. Si se tuerce su recuperación, sería el primer contratiempo en una temporada sin sobresaltos.
Si algún interés tiene el choque del Pazo, hay que buscarlo para Melilla. Su única y muy remota posibilidad de eludir el pelotón de los que van a luchar por no descender pasa por ganar todo lo que resta y que alguno del grupo empatado a siete victorias no logre alguna más, y eso empieza, obviamente por sumar esta noche.
Curiosa trayectoria y curioso este equipo de Melilla. Convocado de inicio a la planta noble, y prácticamente metido en la dureza de luchar por mantener una categoría de la que además es el decano. Un equipo tan irregular que ha sido capaz de ganar a Leyma Coruña en el día más nefasto de uno de sus pilares, Kamba. En 33 minutos hizo 0 puntos en tiros de campos, 0 de 6 de 2 y 0 de 5 de 3, y que la tarjeta del equipo fue 17 de 42 en tiros de 2 y 7 de 19 de 3 para un 24 de 62 en tiros de campo, es decir, el 38%. Por cierto, en el tiro libre tampoco estuvieron muy finos 23 de 31, poco más del 60%. Pero ganaron, y lo hicieron porque solo encajaron 75 puntos, ¿Que versión veremos hoy? Aunque le sobran victorias, el Breogán luchará por seguir disfrutando y demostrando porque no ve a nadie cuando mira hacia atrás. Simplemente porque es el mejor.