Descanso de lujo en la casa del pobre Asís

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

FIRMAS

El escándalo financiero de los franciscanos revela el despilfarro de muchas órdenes religiosas en Roma, que han transformado conventos y albergues en caros hoteles

23 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

«Il Cantico es un paraíso de elegancia, calor y bienestar en armonía con un ambiente sano y sereno», dice el sitio web del hotel regentado por los franciscanos en pleno corazón de Roma, una de la causas de la crisis financiera de la orden. Un hotel que poco o nada tiene que ver con con la pobreza del santo de Asís, a juzgar por las imágenes y por las tentaciones que ofrecen a partir de 100 euros la noche en habitación doble. Un lujo discreto y elegante, con muebles de diseño como los sillones Le Corbusier en piel o las lámparas cromadas del bar, además de maderas oscuras y cálidas chimeneas: «Decorado con gusto y pasión, cada pequeño detalle es fruto de una cuidada búsqueda y una respuestas a tus deseos». En las 71 habitaciones no falta la caja fuerte, el frigo-bar, conexión wi-fi, aire acondicionado, iluminación de led y jabones «Francesco» en el baño. En las paredes, frases del Cántico del Paraíso para no olvidar que, al fin y al cabo, es un hotel franciscano.

Los frailes no se han olvidado de la importancia del buen comer y beber con un restaurante que puede servir banquetes a 300 personas. El menú se completa con una carta de vinos con 160 etiquetas de todas las regiones de Italia. Para quien quiera disfrutar de una cena con vistas a la cúpula de Miguel Ángel, cuenta con una terraza con 80 cubiertos. En el bar, además de degustar una selección de los mejores tés y cafés, se puede disfrutar de helados y pastelería de producción propia. También se pueden adquirir los productos de cosmética de la Línea Terra y de la Línea Sole, además de artículos de artesanía de Asís en madera o en plata, con los «símbolos franciscanos para usar cada día».

Las buenas intenciones no les faltan a los franciscanos y en la web del hotel se lee que «intentaremos invertir vuestro dinero con sabiduría y haremos para que sea socialmente útil a la humanidad que sufre». «El útil de esta estructura será devuelto por entero a nuestros misioneros presentes en cien países del mundo, y a la formación de jóvenes de países pobres», añade. No parece, según el ministro general Michael Perry, que las cosas hayan ido por este camino cuando hace unos días denunció que en la gestión del patrimonio de los franciscanos «parece haberse realizado un cierto número de operaciones financieras, conducidas por frailes a los que estaba confiada la gestión del patrimonio de la orden, sin el pleno conocimiento y el consenso ni del precedente ni del actual Definitorio general». Una acusación que pone sus ojos en el ecónomo general, Giuseppe Lati, y exonera a José Rodríguez Carballo, que fue desde 2003 a 2013 ministro general de la orden.

Especuladores y constructores

No es el primer escándalo de tipo económico en que se ve envuelta una orden religiosa por su patrimonio inmobiliario. Se calcula que una cuarta parte de Roma pertenece a la Curia: 400 institutos de monjas, 300 parroquias, 250 escuelas, 200 iglesias no parroquiales, 200 casas generales, 90 institutos religiosos, 65 sanatorios, 50 misiones, 43 internados, 30 monasterios, 20 residencias de ancianos, 20 seminarios, 18 hospitales, 16 conventos, 13 oratorios, 10 confraternidades y 6 asilos. En la ciudad eterna tienen residencia casi dos mil entes religiosos que resultan propietarios de casi 20.000 terrenos y construcciones. Un tesoro que tienta a especuladores y constructores que desde hace años han puesto sus ojos en estos preciados bienes y en los que en los últimos tiempos también se han fijado las mafias italianas.

Con el Jubileo del año 2000 se desató la fiebre de la reestructuración gracias a los millones de liras de financiación pública que se repartieron. Muchas órdenes e institutos religiosos dueños de terrenos y de propiedades inmobiliarias aprovecharon para dar una nueva vida a conventos casi vacíos por falta de vocaciones. Gran parte de la compraventa del patrimonio religioso aún hoy se gestiona a través de la sociedad RE, y uno de los mayores expertos en el sector es un gallego, Antonio Fraga Sánchez, de Rinascimiento Real State.

Hubo quién vendió terrenos a constructores o a cadenas hoteleras, mientras otros prefirieron abrir albergues y hostales para los peregrinos. Pronto llegaron los especuladores que tentaron a los religiosos con promesas convirtiendo estos sencillos hostales en caros hoteles. Los Padres Marianistas están entre las primeras víctimas que vieron como su hostal pasaba a ser un hotel de lujo sin conseguir una compensación económica adecuada, aunque tras una batalla legal consiguieron otra vez la gestión del inmueble. Otros, como los Hermanos Maristas, prefirieron la gestión directa, reestructurando un edificio en la zona del Eur. En la misma zona los jesuitas han optado por una multinacional, a la que han cedido en gestión un gran edificio de nueva construcción junto a su colegio. En el Trastévere las Oblatas transformaron un palacio de Borromini en un hotel de 62 habitaciones. Son algunos de los hoteles de 3 y 4 estrellas de Roma que pertenecen, directa o indirectamente, a las órdenes religiosas.