02 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.
Un denominador común en todos los casos de corrupción de cierto nivel, especialmente en la última década, es la figura del conseguidor. Es el nexo entre el que paga y el que cobra. Se le define como la persona que, aunque no sea poderosa en sí misma, sí tiene influencia y gran cercanía a personajes de relevancia: familiares, cónyuges, amigos o socios que prometen dirigir algunos asuntos o simplemente acercar al interesado a cambio de grandes sumas de dinero. Urdangarin es el paradigma de los conseguidores, y David Marjariza, socio de Granados, el último conocido e imputado.