«Trazos en la arena», el Sorolla más íntimo

M. L. MADRID / COLPISA

FIRMAS

Donde quiera que fuere, la libreta, el lápiz o el carboncillo eran los acompañantes del artista. Apuntes que ahora se recogen en una muestra

21 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) era artista las 24 horas del día. Donde quiera que fuere, la libreta, el lápiz o el carboncillo eran sus acompañantes. Estuviera en la playa de la Malvarrosa, en Biarritz o en el restaurante del Waldorf Astoria en Nueva York, su mano se deslizaba segura y a velocidad de vértigo sobre el papel. «Dibujaba siempre, ya fuera para preparar cuadros, por mero entretenimiento o para hacer mano con cualquier técnica», apunta Consuelo Luca de Tena, directora del Museo Sorolla que inaugura la muestra Trazos en la arena. Reúne casi un centenar de dibujos inéditos y apuntes al óleo que se cuelgan al lado de muchos de los óleos a los que dieron origen. Desvelan a ese Sorolla íntimo y urgente, en contraste con el retratista de magnates y bailarinas, con el autor de obras de gran formato que lo consagraron en vida en EE.UU. y del que se puede disfrutar también en la fundación Mapfre. Con la playa como telón de fondo, tema predilecto y con el que obtuvo sus mayores éxitos, abundan en la exposición los dibujos consagrados a ese entorno, ya sea para retratar la intimidad familiar, el asueto popular o el mundo de trabajo. Los dibujos expuestos son lo mejor de los casi 5.000 que conserva el Museo Sorolla de Madrid, que atesora el grueso de los casi 9.000 en que se estima el catálogo gráfico global de Sorolla y posee además 1.500 pinturas.