Llega al colectivo con el reto de mejorar la situación actual
17 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La profesión de ingeniero de Caminos está atravesando una época de importantes cambios, y ese fue precisamente uno de los retos que animó a Ricardo Babío Arcay (Arbo, 1964) a presentarse al cargo de decano del colegio gallego. Después de estudiar la carrera en la Universidad Politécnica de Madrid y trabajar unos años en la empresa privada, sacó una oposición en el Cuerpo de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos del Estado, donde ha estado al frente de varios puestos, dirigiendo en la actualidad el servicio de Proyectos y Obras de la Demarcación de Costas de Galicia, cargo que compatibiliza con sus clases en la escuela de Camiños coruñesa.
-¿Cómo afronta esta nueva etapa al frente del Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Galicia?
-La situación actual de la profesión y del colegio es de todo menos óptima. Son muchos cambios. Como dice el presidente de los decanos, no es que sea una época de cambios, sino que estamos en un cambio de época.
-¿Todos derivados de la crisis?
-No todos. Tenemos los cambios importantísimos en la enseñanza que ha traído Bolonia. También está la nueva ley de servicios profesionales; y, por supuesto, la crisis y lo que afecta al sector de la construcción, en particular. A todo ello, también hay que añadir la desprofesionalización de la administración... En resumen, la situación de la profesión y del colectivo han ido a menos, y esto supone un reto mayor para el equipo que yo presido, que queremos aportar lo que podamos para que esto no siga cayendo, y esperemos que cuánto más difícil sea también más gratificante.
-¿Ha perdido su prestigio el ingeniero de Caminos? ¿Ya no es una carrera con salida?
-Pues precisamente ahora estamos en unas cotas de paro que no conocíamos hasta la fecha. Si en el año 2007, el número de desempleados era del 0,71 % en toda España, ahora estamos cerca del 14 %. Sigue siendo una cifra baja comparándola con las estadísticas generales, pero para nosotros es bastante atípica. Hay muchos recién egresados y gente joven que están en el paro, y también gente menos joven que ha perdido su trabajo.
-¿Qué puede hacer el colegio ante estos casos?
-Uno de los retos del colegio es prestar ayuda a toda esa gente, dándole formación complementaria y que dé valor añadido a la titulación, como idiomas o finanzas. Es un problema relativamente desconocido para el sector, porque la Ingeniería de Caminos siempre estuvo vinculada a la cultura del esfuerzo, uno sabía que era una carrera exigente, con mucha carga de trabajo, pero luego tenías un reconocimiento y unos accesos laborales más fáciles, pero hoy en día esa no es la tendencia.
-¿La solución está en emigrar?
-Tampoco es fácil, porque ahora mismo no es posible homologar los títulos preBolonia. Hay un borrador de decreto, que ya hemos alegado, porque a ojos de Europa no tenemos ni la equivalencia a una titulación de grado, cuando todas las ingenierías con más de cinco años deberíamos tener categoría de máster. El primer problema que acarrea no tener esta homologación es que tenemos dificultades enormes para encontrar trabajo en el extranjero, porque no tenemos ese reconocimiento, y si encuentras trabajo es en condiciones peores.
-¿Qué problemas trae esta situación?
-Pues pérdidas económicas importantísimas, y aunque la ingeniería española es un referente, las empresas que están concursando por proyectos internacionales pierden puntos importantísimos porque no se está homologando la titulación de sus ingenieros.