No procede hablar de campeonas futuras porque son las campeonas actuales. Lo son de la competición de la delegación arousana y bien que le aplaudieron el pasado fin de semana en el descanso del partido del Conservas de Cambados de la LEB Plata. Recogieron sus medallas de manos de José Luis Renda y de Jorge Castiñeiras. Las guardarán como oro en paño. Forman el equipo preminibasket femenino del Xuven y son el ejemplo de la importancia que tiene el tamaño del espejo en el que los más jóvenes se miran. El bum de un equipo que acapara la atención de todo un pueblo, como está sucediendo este año en la villa del albariño, tiene su reflejo indudable en las ganas que los niños tienen de imitar a sus ídolos. De vestir su camiseta. En el club lo saben bien. Han incrementado desde el principio de temporada en un cien por cien el número de rapaces que dan sus primeros botes al balón del baloncesto.
Retornamos a las campeonas de O Pombal. Es un grupo de quince niñas de seis a ocho años de edad, aunque es verdad que hay alguna incluso más joven, y la mayoría de ellas se han iniciado esta temporada en el mundo del baloncesto.
Tres días a la semana
Entrenan tres días a la semana, en sesiones de hora y cuarto de duración. Evidentemente, la técnica individual es el principal ingrediente en el trabajo cotidiano de las chicas. Mucho manejo de balón, muchos juegos, algún ejercicio de uno contra uno, otros (los menos) de dos contra dos. En fin, todo para por un lado conseguir que las pequeñas vayan desentrañando los misterios del baloncesto a la vez que les va entrando el gusanillo. Y, por otro, lograr que jugadoras tan jóvenes no se den por vencidas y cuelguen las botas prácticamente antes de haber gastado mínimamente la suela de la zapatilla es uno de los principales retos que tienen los entrenadores de las escuelas. En el Xuven, esta temporada, parece que el objetivo puede cumplirse porque, al menos hasta el momento, no se han producido deserciones.
Ahora, ya con la Liga zonal finiquitada, al equipo premini del Xuven le corresponde jugar otra competición. Una liguilla con los mejores equipos que les permitirá seguir mejorando en sus habilidades. Y que mantendrá, además, el aliciente de jugar algún partidillo en el fin de semana.
Sea como sea lo que ya nadie les va a quitar a las niñas es la alegría que se llevaron el fin de semana pasado en un pabellón lleno hasta la bandera. La primera medalla es la que mejor sabe.
El club de Cambados ha incrementado en un cien por cien los niños de la escuela