De la Sota, genio y maestro

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN /LA VOZ

FIRMAS

El centenario del arquitecto gallego proyecta su legado innovador

19 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«La obra de Alejandro de la Sota no pertenece a la historia de la arquitectura para quedarse archivada. Los valores de su arquitectura, realizada con muy pocos recursos y, sin embargo, innovadora e inspiradora, están más vigentes que nunca». Teresa Couceiro, directora de la fundación del arquitecto pontevedrés, que mañana habría cumplido cien años -falleció en 1996-, justifica así el creciente interés por su legado, tanto sus proyectos como sus ideas y escritos. Prueba de ello son el incremento de tesis doctorales, pero también las cada vez más numerosas visitas a la fundación, ubicada en el antiguo estudio de De la Sota, en la madrileña calle Bretón de los Herreros, que descubren sus creaciones a nuevos públicos. «Salen emocionados agradeciendo mucho la visita y a la vez sorprendidos de no haber oído hablar de De la Sota y sí en cambio de Calatrava, por poner un ejemplo», describe Couceiro.

Esta vitalidad se debe, en buena medida, al esfuerzo invertido por la fundación en hacer más accesible su arquitectura. Su sitio web (www.alejandrodelasota.org) alberga una amplia selección de materiales que permiten acercarse a su trayectoria a través de planos, croquis, fotografías y escritos. Estos más 3.000 documentos digitalizados se han complementado con una sección de colaboraciones externas, donde se pueden encontrar todo tipo de lecturas de De la Sota, desde una tesis a un trabajo escolar, una suerte de «archivo digital 2.0 único en el mundo» que ya ha conseguido 900.000 referencias al arquitecto gallego en la Red.

Tan brillante como desconocido

Si esta iniciativa contribuye a la divulgación del trabajo de De la Sota y, por extensión, al de la arquitectura moderna en España -«uno de los períodos más brillantes y, paradójicamente, más desconocidos», según Couceiro- entre el gran público, lo cierto es que en los círculos profesionales existe una práctica unanimidad en reconocer su genio y su maestría, especialmente en Galicia y Madrid. «Das una patada y aparecen ocho sotianos», ejemplifica Moisés Puente, comisario de la sección dedicada a De la Sota en la muestra conjunta con Miguel Fisac del Museo ICO, y editor del libro que reúne escritos, conversaciones y conferencias del arquitecto. Su «trayectoria sobresaliente», con un «nivel de aciertos impresionante», subraya Puente, cimenta un reconocimiento profesional que además se rodea «de un aire de misterio y de genio». Precisamente por ello se trata de una figura inspiradora pero que a la vez resulta inimitable, so riesgo de incurrir «en la caricatura».

Como «arquitecto de arquitectos» lo define Manuel Gallego-Jorreto, quien se inició en el estudio de De la Sota y que confirma ese «hálito de misterio», no sin advertir la contradicción que emerge de contraponer el ideario sotiano y la realidad: «Hai unha reivindicación do seu pensamento, pero logo se fai o contrario do que el di. El falaba de tratar de estar ben, de sentirse cómodo, e a arquitectura hoxe está confrontada por outros camiños».