Piden ayuda para acabar el centro de discapacitadas severas en Crecente

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera CRECENTE / LA VOZ

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Luis Carlos Llera

Las Esclavas de la Virgen Dolorosa acometen el nuevo edificio de 80 plazas

23 ago 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

El nuevo centro de Crecente para mujeres muy discapacitadas, promovido por las Esclavas de la Virgen Dolorosa, tendrá 80 plazas. La empresa Oreco está acelerando los trabajos con el objetivo de que estén terminados en octubre. La obra cuesta 2,5 millones de euros y la institución no cuenta, a día de hoy, con todo el dinero, aunque ha conseguido más de un millón de euros.

Los edificios con instalaciones adaptadas fueron una exigencia de la Xunta para renovar el concierto con la entidad, que en estos momentos atiende a 66 mujeres con discapacidad intelectual severa. La nueva edificación amplía el nuevo de plazas actuales y contempla también un centro de día para personas que no precisan pernoctar en las instalaciones.

La Administración gallega amenazó con repartir a las internas en distintos centros si no se se cumplía la normativa. La congregación removió Roma con Santiago para que esto no sucediese ya que después de residir toda una vida en el centro para muchas mujeres discapacitadas las monjas y el personal que trabaja en el centro constituyen su familia, de la que muchas carecen.

«Llevamos en Crecente desde el año 1961», señala la Hermana Isabel Pedrera, superiora de la congregación. Muchas mujeres vinieron aquí de pequeñas traídas por Protección de menores y han vivido con nosotras toda la vida».

También en Mos

La obra se está ejecutando con los ahorros de todos los centros que la institución tiene repartidos por España y México. La congregación de las Esclavas de la Virgen Dolorosa es una entidad sin ánimo de lucro cuyo carisma y labor es la entrega a mujeres desamparadas, sobre todo mayores y con discapacidad intelectual. En este año han atendido a 800 en sus diferentes centros. Además del de Crecente, cuentan con otro en Mos para 77 residentes.

El coordinador general para la gestión de los centros, Leví Olivares, ha señalado que debido a la crisis económica han sufrido también los recortes en las ayudas públicas. «Antes el convenio con la Xunta era de un millón al año y ahora es de 250.000 euros, y con ese dinero hay que atender a todas las personas y pagar a los 36 empleados que atienden la residencia».

Las nuevas instalaciones tienen más plazas y un centro de día

2,5

Millones de euros