PISO EN PROPIEDAD vicente y esperanza tienen una vivienda en cangas
Vicente y Esperanza son un matrimonio que vive en San Lorenzo del Escorial, en Madrid. Sin embargo, cada verano acuden a las costas gallegas atraídos por el canto de sirenas de los atractivos de las Rías Baixas. «Vinimos aquí por una casualidad», afirma Vicente.
Cada vez que iba a Santander a ver a unos familiares suyos, le hablaban de un estupendo lugar en el sur de la provincia de Pontevedra. Cuando vinieron por primera vez, se enamoraron: «Nos gustó el sitio, la comida, la gente...», comenta Vicente. Les pareció un destino mucho mejor, afirma, que pasar las vacaciones de verano en Benidorm, como hacían anteriormente, ya que nuestro clima parecía sentar mejor a los retoños de esta pareja madrileña.
Desde entonces han pasado ya veinticinco veranos y, hace unos años, se decidieron a comprar un piso en Cangas en primera línea de playa, con vistas a la ría de Aldán, zona desde la cual pueden disfrutar plenamente de la gastronomía que tanto les gusta: el marisco y el pescado son dos de los atractivos que esta pareja encuentra en nuestras aguas.
«En principio alquilábamos un chalé», comenta Vicente, «pero teníamos un perro y teníamos problemas con eso», ya que alquilar un inmueble llevando mascota no es tarea fácil para nadie, pero tampoco es sencillo despedirse de la mascota en verano. La solución era evidente para ellos: «Como la zona nos gustaba, decidimos comprar el piso».
Sin embargo, la vivienda solamente está ocupada durante tres meses al año y durante los nueve restantes, el inmueble gesta las vacaciones de las que disfrutarán los madrileños en los meses de altas temperaturas. Durante esa época, la que les cuida el piso es Ana, una de las amistades que han hecho en Aldán a lo largo de estos años. Ana (en la fotografía), vecina de Aldán, les riega las plantas, les abre las ventanas y se encarga de que todo esté a punto para cuando vengan para evadirse de la gran ciudad.
Vicente y Esperanza cuentan con volver a su piso de Aldán a principios de agosto, sin embargo, no solo durante los meses más cálidos disfrutan de su segunda residencia. También algún puente o algún que otro fin de semana de vez en cuando aprovecha este matrimonio para hacer una pequeña escapada a la costa gallega.