Un campeón por el influjo de Cal

Aleixandre Méndez
Álex Méndez PONTEVEDRA / LA VOZ

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CAPOTILLO

El palista del Piragüismo Poio Sergio Vallejo se inició en canoa con 8 años, tras ver al quíntuple medallista olímpico ganar su primera presea en Atenas 2004

02 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La historia de Sergio Vallejo (Poio, 1996) es el fiel reflejo de cómo un ídolo puede ejercer una influencia decisiva en el futuro deportivo de un niño. Con solo 8 años, el pequeño Sergio vio por televisión la final de C-1 1.000 metros de los Juegos de Atenas 2004, en la que David Cal logró su primera medalla olímpica al hacerse con el oro por delante del alemán Andreas Dittmer. El triunfo del palista de Cangas impresionó de tal manera a Sergio que, animado por su tía, al día siguiente decidió probar este deporte en el Club Piragüismo Poio. Y, desde entonces, prácticamente no ha vuelto a bajarse ni de la canoa, ni del podio.

Al iniciarse tan pronto, Sergio pasó unos años esperando el momento de medirse a otros palistas, tal como había visto por televisión. «Remé tres veranos en kayak, y en cuanto cumplí los 11 años empecé a remar en canoa y a competir», recuerda. Desde el primer momento llegaron los resultados, y tres años después ingresó en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva aconsejado por el presidente de su club, Diego González, y su entrenador, Julio Aller, donde su progresión ha sido imparable. «Desde que entré, hace 3 años, me están saliendo muy bien las cosas. Estoy muy contento», asegura.

El año pasado, siendo todavía cadete, Sergio participó en el Europeo júnior en C-2, junto a su compañero Daniel Durán, y en C-4. Y esta temporada, en su primer año como júnior, su explosión ha sido definitiva. En lo que va de campaña, Sergio acumula dos oros en el campeonato de España de Sevilla y victorias en las Copas de España de 1.000 metros y 500 metros, además de otros puestos de podio tanto a nivel individual como en C-2 junto a Daniel Durán.

«Al ser mi primer año como júnior, esperaba poder estar delante, pero no tanto», reconoce Sergio. Pero, a la vista de como está yendo la temporada, ya se marca nuevas metas. Ahora, su próximo objetivo será el campeonato de Europa júnior que se disputará a final de mes en Poznan (Polonia), para el que se clasificó de forma brillante el pasado fin de semana. «Intentaré llegar en la mejor forma posible -explica-. Mis entrenadores dicen que estoy en condiciones de meterme en la final, y si lo logro, después intentaré hacerlo lo mejor posible, a ver qué tal sale. El año que viene ya intentaría ir a por el podio» señala.

Un futuro por escribir

Mirando al futuro, Sergio evita hacer demasiadas cábalas, aunque no oculta cuál sería su sueño. «Me gustaría llegar a remar en una olimpiada. Pero, de aquí allá, pueden pasar muchas cosas. Tanto se puede mejorar como empeorar». De momento, ya tiene un referente en el que fijarse. «El palista que más me gusta es David [Cal]. Desde que lo vi con 8 años, le tengo mucho aprecio, y verlo entrenar en el mismo sitio en que entrenas tú, motiva mucho», apunta.

Si mantiene el nivel, Sergio podrá coincidir en competición con Cal en dos años, algo que para la promesa de Poio sería cumplir un sueño. «Podría ser, cuando llegue a sénior. Sería increíble coincidir con él», afirma.

desde la base. La promesa