«No se puede dopar a un niño poniéndole vídeos»

NACHO MIRÁS SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

XOÁN A. SOLER

Son los adultos los que fomentan la querencia por las pantallas

07 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

¿A dónde acudir? ¿Qué hacer cuando las nuevas tecnologías se convierten en un problema serio? Manuel Araújo Gallego, psicólogo clínico y especialista en trastornos adictivos, responsable del Plan de Galicia sobre Drogas durante más de quince años, respondió a estas y a otras preguntas en el seminario Adolescentes e novas tecnoloxías, unha responsabilidade compartida, organizado por el Valedor do Pobo. Y, sin que haya que preocuparse más de lo necesario, sí llama la atención sobre la necesidad de implicarse a fondo en la educación, sin caer en la tentación de anestesiarlos o doparlos con tecnología.

-¿Nos dejamos llevar?

-He visto cosas espeluznantes: a abuelos en lugares públicos, desayunando, mientras un bebé de unos nueve meses veía un vídeo en un iPhone. Claro, el niño estaba callado, con su chupete, y pegado a la pantalla. Las pantallas para los niños son poderosamente estimulantes y, en esos años primeros, hasta los tres o cinco, la parte sensorial del cerebro se está tejiendo. Cuanto más se estimule eso, más conexión habrá, pero ligada al objeto que favoreció esas conexiones. Nosotros somos los que generamos esa querencia por las pantallas. Hoy los coches traen pantallas en los asientos de atrás, se acabó aquello de hablar, cantar y mirar el paisaje.

-¿Dónde ponemos el límite para no pasarnos ni quedarnos cortos?

-Usando la tecnología de manera compartida. A un niño no se le puede dopar ni con pastillas ni poniéndole vídeos. Los niños tienen que dar la lata, porque no hay otra manera de poder guiarlos. Otro problema grave es que parece que, ante cualquier cosita, los padres se preocupan y ya piensan que van a frustrar al niño. ¡Pues en eso consiste la educación! El niño tiene que saber que no se puede tener todo y que lo que uno quiere hay que trabajárselo. La vida tiene que ver con la frustración, y eso es fundamental para aprender. Decía Aristóteles que educar tiene que ver con complacerse y dolerse adecuadamente. Esa es la cuestión.

-Los padres quizás tienen miedo de ir por detrás de los hijos en tecnología...

-Un hijo jamás va por delante de sus padres. Podrá saber más de tecnología, pero no de la vida. La vida no son los cacharros. Los padres educan, y no educar es imposible, porque desde que vestimos de una determinada manera a un niño o a una niña ya los estamos educando.