El agujero negro

Alicia Fernández

FIRMAS

17 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Está demostrada la existencia de los llamados agujeros negros en el Universo. Pero lo que ocurre en su interior sigue siendo un misterio que, en todo caso, no se podría explicar con nuestros actuales conocimientos. En otras palabras: la física o matemática que conocemos no se cumplirían en ellos. Apoyada en este misterio y sumándole mi tendencia a aplicar el sentido común cuando no entiendo algo, quisiera hacer una reflexión sobre Novagalicia Banco. Hasta hace poco Novacaixa Galicia, un poco antes Caixanova y Caixa Galicia y, anteriormente, una suma de cajas de ahorro más pequeñas y locales.

Había una vez unas cajas de ahorro pequeñas que, como su nombre indica, recibían los ahorros de particulares y pequeñas o medianas empresas. Para evitar riesgos, y proteger a sus ahorradores, tenían limitadas sus acciones y no podían actuar como bancos. Incluso estaban obligadas a revertir a la sociedad la mayor parte de sus beneficios a través de su obra social. También había un policía bueno, el Banco de España, que tenía que velar porque estas normas se cumplieran. Pero resulta que con el pelotazo del ladrillo, y la burbuja económica inherente, los administradores de estas entidades se saltaron a la torera aquellos principios y emularon a los bancos, pero sin el control de los accionistas. A mayores el policía babeaba mirando las sirenas de los especuladores. El final del cuento lo tienen ante sí: una entidad cuyo valor es negativo, inyección de miles de millones que pagaremos todos, unos administradores imputados por mala gestión y apropiación indebida, muchas oficinas cerradas y la pérdida de casi 4.000 empleos.

Aquí debemos recordar que hace un par de años había voces, conocedoras en profundidad de las entidades, que ya advirtieron de lo que pasaría. Otras, que también lo sabían, nos vendieron una moto que no anda; un timo de la estampita, pero a lo grande. Después estaban aquellas personas que realmente creían (o creyeron a los estafadores) que había un problema territorial más que económico y se enzarzaron en una defensa sentimental obviando lo racional. Por último el resto de ciudadanos, sin elementos para emitir juicio y a los que unos y otros intentaban convencer. He de decir que a una servidora esa criatura, cambiante en forma y contenido, siempre le fue similar a un agujero negro: las normas de nuestro mundo no se cumplían en su interior.

Al final queda una entidad inviable, un monstruo agonizante que arruinó a muchos con las preferentes y que ahora, como un drogadicto, apura sus estertores chupándole la sangre a cuanto cliente se pone a tiro. Es escandaloso que reciba dinero por debajo del 1% y preste a pequeñas empresas por encima del 10. Si esto no es usura que venga Dios y lo vea ¿Es este el engendro que iba a apuntalar el desarrollo de Galicia? Que encierren a los malhechores y les confisquen lo que han robado, que la vendan cuanto antes y que devuelvan el dinero que se ha inyectado con los intereses correspondientes.