Hacia la élite a pirueta limpia

Aleixandre Méndez
Álex Méndez PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

Pablo Moliner, con solo 12 años, acumula varias medallas en campeonatos de España de gimnasia acrobática y es una apuesta del Ximnasia Pontevedra

03 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Detrás de una apariencia frágil, acentuada por su timidez, se esconde un portento físico llamado a escribir páginas gloriosas en la historia de la gimnasia acrobática. Con solo 12 años, el pontevedrés Pablo Moliner ya puede presumir de títulos como el campeonato de España de tumbling en categoría infantil, que conquistó en Pontevedra, o el subcampeonato en doble minitramp que logró en Albacete. Pero ni siquiera enumerando estos éxitos se atisba el descaro que después exhibe a la hora de realizar piruetas y acrobacias imposibles para el resto de los mortales.

Pablo se inició en la gimnasia acrobática con solo 4 años. «Me metió mi madre, y desde el principio me gustó mucho», cuenta con naturalidad. Allí se encontró con Pablo Hinojar, presidente y entrenador del club, que desde hace unos años también es seleccionador nacional de esta disciplina. Y de la unión de un diamante en bruto todavía por pulir con un técnico de tanto nivel, no podía salir otra cosa que una firme promesa.

Desde los 8 años, Pablo Moliner empezó a dar muestras de su potencial. Cada vez que aprendía una nueva figura, ya estaba pensando en el siguiente reto. Y fruto de esa constancia, que se fue acrecentando con el paso de los años, su progresión parece no tener techo. Pero para ello, Pablo trabaja duro. De lunes a viernes entrena alrededor de tres horas, y los sábados se pasa desde las 10.30 horas hasta las 18 horas. Y es que, pese a su corta edad, él ya es consciente de que el éxito solo se consigue con mucho esfuerzo.

El Mundial, en el horizonte

Después de haber conseguido títulos a nivel nacional, Pablo se plantea, inevitablemente, metas mayores. «Otros compañeros y yo nos estamos preparando para intentar ir al Mundial», dice con naturalidad. Sabe que si lo consigue, allí se encontrará con los mejores de su categoría. «Rusos, chinos... Sé que hay gente muy buena en otros países», explica. Pero a él nada parece impresionarle. En su lugar, otros chavales de su edad aprovecharían para presumir de sus éxitos. Pablo, en cambio, solo piensa en seguir disfrutando con lo que hace. «En el club nos llevamos todos muy bien, aquí tengo buenos amigos», afirma.

Más allá de la gimnasia, Pablo traslada sus buenos resultados a los estudios. Actualmente, cursa primero de ESO en el colegio Sagrado Corazón de Jesús, y pese a su ajetreado día a día, las notas no se están viendo afectadas, aprobando todas las asignaturas sin excesivos problemas. Aunque reconoce que tiene sus preferencias. «Las que más me gustan son naturales y educación física», apunta. En esta última, como no podía ser de otra manera, su nota habitual es el sobresaliente.

Lo que no tiene tan claro es qué quiere ser de mayor. «No lo sé... Quizá bombero». En su caso, superar las pruebas físicas para lograrlo, no parece que vaya a ser una gran dificultad.

Desde la Base. la promesa