«Espero la libertad de todos los presos que están como David»

A. M. VIGO / LA VOZ

FIRMAS

XOAN CARLOS GIL

La compañera del preso vigués conserva la esperanza de que salga pronto

13 ene 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

David Reboredo salió del mundo de las drogas gracias al apoyo de su novia. La argentina Liliana Atanasio echa en falta su presencia desde que ingresó en prisión el pasado 5 de diciembre. Los últimos ocho años de su vida estuvo junto a él pasando buenos momentos, pero también experiencias duras, porque no fue fácil que su pareja superara su adicción a los estupefacientes. Afirma que durante un año no vieron la luz de la calle, mientras su novio luchaba con todas sus fuerzas para superar el síndrome de abstinencia.

La llegada del día en que tuviera que volver a la cárcel la esperaban con temor y al final ha tenido que asumirla. Ahora conserva la esperanza de que salga pronto.

-¿Cómo lleva la separación forzosa de David Reboredo?

-Lo estoy pasando muy mal, unas veces peor que otras. Intento ser positiva y le prendo velas todos los días. Después de ocho años siempre juntos, que me lo lleven así es una pasada.

-¿Cómo se encuentra su novio en la cárcel?

-Esta semana hablé con él por teléfono y está muy entusiasmado con la posibilidad del indulto, pero triste al mismo tiempo. Es una persona dura, pero también tierna. Siempre nos da mucho ánimo. Intentamos aportar toda la energía y positividad porque nos lo merecemos, tanto él como yo.

-¿Por qué cree que se merece el indulto?

-Se lo merece al cien por cien y yo diría que al mil por cien. Entre otras razones, por su salud, ya que sufre una artritis séptica y está muy delicado.

-¿Cree que las penas de cárcel que está cumpliendo son proporcionales con el delito que cometió?

-No, porque la cantidad de droga que llevaba cuando lo detuvieron era muy pequeña. Y se trataba de una persona enferma en busca de una dosis.

-¿Cómo cree que debería castigarse el trapicheo de sustancias estupefacientes entre personas que son dependientes?

-Creo que deberían ser juzgados lo más rápido posible y que el castigo debería de ser el arresto domiciliario y el cumplimiento de programas terapéuticos que les permitan desengancharse de las drogas. Las cárceles deberían de vaciarse de muchos presos que están cumpliendo condena como David. Espero la libertad de todos los presos que están como él.

-¿Teme que en la cárcel pueda recaer?

-Está en un módulo especial. Siempre se dice que en la cárcel hay más drogas que en la calle, pero desconozco si allí las hay. Pero prefiero que esté en libertad bajo mi cargo a que esté en prisión para que no corra ese riesgo. Yo pongo las manos en el fuego por él.

-¿Qué opina de la movilización social que ha provocado su caso?

-Me parece sorprendente que miles de personas que no le conocen hayan decidido apostar firmemente por su causa y estoy desde luego muy agradecida. El apoyo prestado desde los medios de comunicación y las redes sociales hacen que no tiremos la toalla y que alberguemos la esperanza de que pueda salir de la cárcel pronto. Al mismo tiempo, también estoy muy agradecida al grupo Imán, a Carmen Avendaño, Alborada, psicólogos y psiquiatras de las instituciones, y a Lois Pérez Leira, que nos han ayudado mucho.

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